En el año 2012, cuando apenas tenía 5 años (y aún era un humano), mis padres me invitaron a ir al parque, y yo pues como todo niño pequeño de cinco años dije con emoción, un explosivo "¡si!".
Me fui a mi habitación, abrí las puertas de mi armario y tomé mi chaqueta favorita, que era azul con naranja, era mi favorita por que mi abuelo me la había regalado desde EEUU, y luego de irse ya no volvería, peor trataba de no pensar en eso por que pues me sentía triste cuando lo recordaba; pero bueno me puse mis zapatos negros con morado, que también eran mis favoritos porque, pues por que si, por que me gustaban mucho.
En fin cuándo terminé de alistarme, llegó el momento que yo tanto había estado esperando, salimos, caminamos un buen rato pues el parque quedaba a varias cuadras de nuestra casa.
Cuándo llegamos sentí una alegría inexplicable, pues a pesar de mi corta edad sabía que esto era algo extraño, pero pensé en divertirme y pasar un buen rato con mis padres. Hicimos muchas cosas que no habíamos hace ya unos meses, bueno no tantos meses solo como uno o dos, pero en verdad me sentía bien y creo que todos disfrutamos juntos.
Algo que recuerdo muy bien de ese día fue que me trepe a un árbol junto con mis padres, recuerdo que era un árbol fuerte que tenía unos cuantos nidos de aves, y la verdad es que desde pequeño me ha encantado la naturaleza y subirme a los árboles; pero ahí lo mas importante fue que pude ver todo el parque, sus grandes arboreadas, la arena, el agua, el atardecer sobre un estanque. Pero depronto cuando bajábamos del árbol un sentimiento extraño me invadió, no sabía que era, nunca lo había sentido antes, pero sin duda no me inspiraba confianza.
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Las historias y nuestras vidas
CasualeEsta es la historia de un chico que quizás no debió haber vivido todo lo que vivió, pero de no ser por eso su vida no sería lo que es y no contaría historias de todo lo que vió, más necesitaría más vidas que una sola para acabar.