Tras los sucesos del día anterior, tuve que tomar una decisión, volver a la ciudad o tratar de encontrar un nuevo destino; sinceramente preferí la segunda opción por dos razones, la primera que dudo mucho que me reconozcan y acepten en mi nueva forma y segundo no sabía nada de donde podría estar, y así comenzaba mi aventura por el mundo (o eso quería pensar) para encontrar un destino que se acoplara un poco mejor a mi "nuevo yo". Quería un lugar en donde vivir pero no quería dañar árboles para conseguir madera y eso así que busqué ramas caídas e hice lo que pude con eso... No salió nada bien, pero al menos podría vivir allí por algunos días, ahora otra cosa que me preocupaba era la comida, pues mi familia me había explicado como hacian las personas para conseguir la carne de los animales y no quería hacerlo tampoco, entonces tuve que comer frutos y hierbas para sobrevivir, el primer día me sentí agotado, nunca había hecho tanto por mi mismo.
Al día siguiente, aun que algo desilusionado, también motivado por que aquí comenzaba mi propia historia, claro que estaba tan asustado como no podía ser de otra manera, pero eso sí, con todas las ganas para sobrevivir, así que me dispuse y salí de mi "casa" por que quería ver que podía encontrar, a lo mejor algo útil. Luego de caminar un rato, sin alejarme mucho de mi refugio, encontré unas lianas en el suelo y recordé una técnica que me había enseñado mi abuela para de cierta manera unir cuerdas entonces me hice una espede mochila donde podría llevar algunas cosas por si debía irme, bueno, a decir verdad solo tenía algo de comida, madera, un par de rocas y lianas. En fin luego de una mañana y mediodía de recoger recursos, me dispuse a volver a mis ramas recolocadas, sin embargo al irme acercando, empecé a sentir un hormigueo en todo el cuerpo, sentía que algo andaba mal. Entré rápidamente y tomé toda la comida que había dejado, luego quebré algunos de las ramas de soporte y tomé otras, luego salí y corrí todo lo que pude, sin antes lanzar una piedra para que se derrumbara lo que probaba que estuve allí.
Me alejé a toda velocidad, y derrepente me golpeé con algo, subí mi cabeza para ver y... ERA UNO DE LOS GUARDIAS; entendí entonces que lo que sentí, eran ellos acechandome, lo esquivé como pude y seguí corriendo, pero para mi mala suerte algunas cosas se me iban callendo de vez en cuando así que podían seguirme. Había logrado escapar a una distancia considerable, pero aún así pude oirlos muy cerca, parecía que estaban llamando refuerzos, pero mientras no me vieran u olleran estaría bien; pero ese era el problema cualquier animal que viviese allí podría delatarme. Envuelto en mis pensamientos no me dí cuenta que ya me habían localizado, y no era uno o dos, eran por lo menos una decena de guardias los que yacían a mi alrededor, cuando volví de mi mente estaba acorralado, solo había una dirección a donde podía escapar... Arriba; Entonces ante ver que escalar era mi única solución, con miedo comencé a subir y en menos de nada estaba en la copa; los guardias estaban desconcertados, cómo era posible que una persona de tan corta edad fuera capaz de hacer lo que yo hice? La respuesta era sencilla ya no era completamente humano. Aprovechando aquél momento de desconcierto por parte de los guardias, salté de un árbol a otro y me fuí de ese lugar, cuando me detuve ví que, efectivamente, me había ido muy lejos, y cuando me dí vuelta, una gran montaña se alzaba ante mí pequeña humanidad. Busqué un lugar seguro donde descansar, ahora sabía que no estaba seguro, así que no me quedaba otra opción que prepararme para batallar o rendirme.
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Las historias y nuestras vidas
CasualeEsta es la historia de un chico que quizás no debió haber vivido todo lo que vivió, pero de no ser por eso su vida no sería lo que es y no contaría historias de todo lo que vió, más necesitaría más vidas que una sola para acabar.