En este mundo ya estoy muerto y no volveré a nacer.
¿El diablo me hará hombre libre?
¿Qué es exactamente lo que debo hacer?
¿Cómo puedo seguir?
Si desde aquel día siempre estuve bajo una mano, mano a la que siempre besaré aunque me golpee, y todo por deseo.
Malo es el deseo, se vuelve entrega, la entrega se vuelve poder.
Tengo el poder sobre mucho, pero, hay algo más grande que yo, algo que abre un vacío, un vacío que entre más intento llenar se vuelve más doloroso.
Algo que simplemente me supera, algo que me puede asesinar y recrear cuántas veces quiera.
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Textos de un melancólico alegré
PuisiSiempre es bueno liberar pensamientos, sean buenos o atroces. Aquí encontrarás la delgada línea que separa a los tristes de los melancólicos.