dulce tentación (JinSuKook)

V.

Pov Yoongi.

¿Qué era esta extraña sensación en mi cuerpo? mis piernas comenzaron a temblar, mi cuerpo entero de por sí. Eran como corrientes eléctricas que aparecían en cada rincón, sentía un hormigueo placentero en mi vientre, las mejillas calientes, hirviendo bajo mi rostro. Seokjin tenía un frasco entre su mano, ¿acaso me había drogado? ni siquiera podía seguir manteniéndome de pie. Tenía que escapar de una u otra forma.

ㅡN-no...

Lentamente fui apartándome de Seokjin una vez que soltara mi muñeca, mis piernas seguían temblando. Alcancé a recargarme contra la pared evitando no caer al suelo, mi entrepierna estaba incómoda y algunos jadeos alcanzaban a escapar de mis labios. Estaba drogado, débil e indefenso.

ㅡT-te odio, m-me siento raro...

Mis piernas no pudieron aguantar más, caí de rodillas al suelo e intentaba levantarme. Las palmas de mis manos sudaban, las apoyaba contra el suelo cargando mi peso sobre ellas al igual que las rodillas, estando en cuatro mientras que poco a poco iba gateando hasta la puerta de mi habitación con las pocas fuerzas que me quedaban. El calor iba aumentando, estaba sintiéndome húmedo a medida que pasaban los segundos percatando que Seokjin estaba de pie atrás mío, observándome con atención.

Pov Seokjin

Taehyung no había mentido con su experimento. Yoongi apenas podía mantenerse de pie, ni siquiera alcanzaba a gatear para escapar de la habitación por lo tembloroso que estaba su cuerpo. Tenía una perfecta vista de su trasero, aquellos short llegaban a colarse entre medio de sus glúteos a medida que seguía avanzando, estaba disfrutando la escena de ver al insolente de Yoongi gimoteando gracias a la droga.

ㅡTe advertí que las consecuencias podían ser malas, Yoongi. A los niños mal educados hay que castigarlos, ¿no crees?

Ladee la cabeza y empujé un poco su cuerpo con el pie, recibiendo un jadeo por parte ajena. Lentamente fui poniéndome de rodillas quedando detrás de Yoongi, el cual se movió y alcancé a tomarlo por el borde de los short jalándolo contra mi pelvis. Yoongi sollozaba pidiéndome perdón, implorando a que me detuviera. Poco a poco fui bajando dicha prenda hasta la mitad de sus glúteos, tan firmes y pálidos que las ganas de azotarlo aumentaban.

ㅡMira que tenemos aquí... ¿ya sabías de esto, mh? me estabas esperando sin ropa interior para que pudiera ahorrarme la molestia. Eres igual de pervertido que yo.

ㅡJ-jamás haría esto por ti, viejo pervertido... p-por favor, detente. Ya entendí, s-seré bueno...

ㅡDi lo que quieras, pero este viejo pervertido va a disfrutarte por completo.

. . .

La primera nalgada hizo impacto en uno de los glúteos del menor, sentía el escozor bajo su piel siendo inevitable no gemir por el azote. Seokjin acariciaba sin pudor alguno cada rincón del trasero de Yoongi, lo amasaba, lo azotaba y separaba sus glúteos exponiendo su rosada entrada. Los dedos de Seokjin jugaban con los pliegues que estaban a la vista, paseándose también por los rosados testículos del menor, teniendo a la vista la pequeña erección de Yoongi. En el rostro del mayor se dibujó una ladina sonrisa al tener a cambio suaves jadeos por parte del azabache.

ㅡL-lo siento, de verdad lo siento, papá... me voy a portar bien, p-por favor...

ㅡEs muy tarde para que pidas perdón,Yoongi.

Las manos del mayor fueron hasta el cinturón de cuero que rodeaba su cadera para poder desabrocharlo al igual que sus pantalones, solamente era el ruido del cierre, los débiles jadeos de Yoongi y sus sollozos. Seokjin bajó el pantalón hasta la altura de sus muslos exponiendo los boxer que portaba, se veía la gran erección que cargaba bajo la ropa a causa de lo indefenso que estaba el pálido, listo para poder disfrutar. Con lentitud fue bajando la última prenda con ayuda de sus pulgares, aún tenía aquella ladina sonrisa marcada, Yoongi no podía seguir moviéndose ante lo débil que estaba y también por lo excitado que su cuerpo se sentía, incluso finas lágrimas iban cayendo por sus sonrojadas mejillas mojando el suelo y temblaba por el miedo por culpa de Seokjin. El boxer dejó de estorbar al estar abajo dejando a la vista la gruesa, marcada y gran erección del trigueño, nuevamente sus manos atacaron los pálidos glúteos volviendo a darles atención, a diferencia de que ahora rozaba su pene entre medio de su trasero. Yoongi observaba de reojo las expresiones ajenas de su rostro cargado de satisfacción, se sentía sucio y avergonzado, pero su cuerpo no podía evitar sentirse bien por culpa de su padastro.