CAPÍTULO 4: CELOS

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-¿Interrumpo? –gritó el castaño con una voz furiosa

-Ah... no... no... es que estamos... bueno, estaba... y luego... olvídalo, de todas maneras ya terminamos, ¿cierto Capitán?

-Sí, sí, claro... ya acabamos. Gracias por las lecciones de baile, Génesis; fueron muy... instructivas

-Cuando quieras, Steve –y le envió un guiño

-¿Acaso me estoy perdiendo de algo? Si tienen algo qué contar, con gusto puedo enterarme –dijo Tony con un tono más molesto de lo que se pudiera esperar

-¿Qué pasa contigo Tony? ¿Cuál es tu molestia? No estamos haciendo nada malo -replicó la chica

-¡¿Nada malo?! ¡Esa música tan alta no me deja ni pensar! No puedo continuar con mi trabajo porque hay en MI gimnasio un rubio fortachón embebido entre las piernas de una... MUTANTE que se volvió loca

-Basta Tony, –contestó una ofendida Génesis –por favor, no sigas

-¿O qué harás: vas a atacarme con tu magia vudú?

-Dije que pararas...

-Tony, cállate –espetó el soldado

-¡No has hecho más que atrasar al equipo, distraerlo y lloriquear por tus amigos en todos los rincones de este espacio!

-No sigas, Stark –la mirada de la chica irradiaba odio puro y el genio era la causa de todo ese sentimiento

-¡Tony, es suficiente! -gritó el rubio

-¿Por qué Cap? ¿Cómo sabes que ella está diciendo la verdad: que su FAMILIA de mutantes era tan poderosa como los describe y que nosotros éramos los malos? Probablemente ese "profesor de quinta" apenas y podía oír sus propios pensamientos... y ese Logan...

-No te atrevas, Tony... -Génesis veía de mala manera al de cabello oscuro

-... poder de regeneración ¡ja! Nadie con ese poder podría ser tan tonto para ayudar a unos débiles patéticos y protegerlos de los peligros que ellos mismos creaban. Lo más seguro es que ese tipo...

-Stark... para...

-... no era más que un maldito ególatra que actuaba para redimir los demonios de su pasado que lo aquejaban; un imbécil pretencioso que creía tener la eternidad de su lado en su mutación

-¡Tony, es suficiente! –lo empujó Rogers

De repente, el playboy empieza a sentir un fuerte dolor en el pecho: una pequeña arritmia cardíaca hacía que su cuerpo no soportara tal tortura. Génesis empezaba a usar su poder contra Stark paulatina pero poderosamente; con solo unos cuantos movimientos de sus dedos la caja torácica de Tony iba encogiéndose peligrosamente... se había metido con el que fuera su mayor amor en aquel universo distante.

-¡Te advertí que no siguieras, Tony! ¿No volverás a atormentarme nunca más! No tienes ni una maldita idea de lo que acabas de provocar... ¿estás listo para tu muerte? -ella dijo la última frase con un hilo de odio en su balbucear

-¡No Génesis, no! ¡Basta! Génesis... Génesis... ¡Olivia! –un grito eufórico del Capitán la sacó de su concentración. Velozmente su semblante cambió y fijó sus ojos en aquel rubio aturdido por el terror de perder al líder del equipo y su gran amigo. –No lo hagas Olivia, no te vuelvas aquello que tanto aborreces

La joven, al ver lo que estaba provocando, derramaba gruesas lágrimas que recorrían sus mejillas copiosamente; ¿acaso se había vuelto loca? Sabía que aún le dolía demasiado el recuerdo de aquél hombre que, a pesar de no corresponderle, amaba más allá del entendimiento y la razón; pero eso no disminuía la posibilidad de que Stark empezara a ocupar un lugar muy importante en su mente y su corazón. No deseaba lastimar a nadie, menos a él.

El que Steve le hubiera llamado por su nombre como sus padres cariñosamente le llamaban hacía hecho que su humanidad regresara a su consciencia.

-Tony, lo siento... de verdad, lo siento... déjame ayudarte, por favor...

-Génesis, es mejor que te vayas... yo me encargo de él -la laejó con la mano Rogers

-No Cap, puedo ayudarte

-¡Por favor, vete!

-De acuerdo, solo voy a curar lo que he hecho –y con un movimiento delicado de sus manos  volvió a acomodar los órganos y huesos que estaban a punto de colapsar en el cuerpo de Iron Man. Luego, se fue.

-Ya estoy mejor, Cap, ya estoy mejor –jadeaba el moreno

-Tony, ahora sí que te pasaste... decirle esas cosas sabiendo lo que vivió...

-No sé qué me sucedió, la vi bailando sobre ti y fue como si sintiera...

-¿Celos?

-¡No! ¿Celos? ¿De ti? Ppff, por favor...

-Tony, no mientas. Esas palabras tan hirientes no son por nada

-Es solo que... hemos convivido mucho últimamente y no quiero que su atención se desvíe...

-¿De ti?

-No, no... de lo que debe hacer... y aprender

-Sí, claro. Voy a llamar a Bruce para que te revise, hay que estar seguros de que estás bien

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