Capitulo 1: LA PARED EL DESEO Y MI HISTORIA.

1.2K 19 0
                                    

- Lo sabias ¿no? O tal vez nunca lo dije, pero, aunque nos inventáramos un futuro juntos nunca se me dio eso de imaginármelo a solas, simplemente nunca hubo imágenes de un tu y yo adultos en una casa soñada con niños corriendo por todas partes, si quiera un escena de boda, nada en mi mente de eso era posible.

- Y... ¿Alguna vez supiste el porque?

- Intuición de mujer tal vez.
Ahí estaba yo, Ginna de 18 años, recargada en una barda con mi ropa urbana de siempre, la gorra new era y el cabello suelto, el ceño fruncido mirando al suelo, intentando resolver porque mierda estaba aquí de nuevo con El, el chico que desprecio mi amor durante tanto tiempo.

El se notaba tranquilo, lo conocía tan bien que podía decirte cuando estaba preocupado por si mismo. Tenia su brazo recargada a un metro de mi rostro, sobre la misma barda, haciendo preguntas tontas e interesantes a la vez, con ese olor magnifico que le caracterizaba y ese timbre de voz que había amado durante tanto tiempo sin parar.

- ¿Alguna vez encontraste motivos para volver a buscarme?

- Los encontré - dije fuerte - pero no iba dejar que eso me hiciera humillarme de nuevo como siempre lo hice, no era justo.

- Muchas veces pensé en ti, tomando de la mano a otras, especialmente a ella, por la que te dejé por completo.

- ¿Crees que eso importa ahora?

La platica ahí habría terminado si no hubiese sido porque pidió saber el porque de esa pregunta tan golpeada, no supe que responder, luego lo supe pero no quise hacerlo. Las llaves de mi coche colgaban de mi dedo meñique dando vueltas sin parar, con la cálida sensación de poder marcharme enseguida pero El seguía deteniendo mi avance como lo había hecho ya varios años.

Le pedí que me dejará tomar camino a casa y entre "peros" y "espera", me zafé el brazo para correr a mi automóvil y llegar a casa de mejor amiga cuanto antes..

- Hace 1 año..

Llevábamos ya 2 años y 7 meses de noviazgo, y podría decir que era algo formal, nos metimos en líos grandes, nos prohibimos mucho y nos quedamos en nada, solo nos teníamos uno al otro. Eso era la muerte, cualquier contacto físico o verbal con alguien del mismo sexo que el, que no fuese el mismo, era un problema gigante y un riesgoso "terminamos".

Habíamos terminado por dejar a todas nuestras amistades y hasta nuestros hobbies, habíamos decidido no tener ninguna red social y obvio que esto nos dejo en ceros, nos hizo celosos y posesivos, nos arruinó en términos clásicos. Los últimos meses juntos ya había notado cosas extrañas en su manera de ser conmigo, perdió detalles amorosos y ya solo el sexo nos mantenía de la mano ante el mundo, dado esto, decidí dejar que la relación muriera poco a poco actuando de la misma manera que El, pero esto solo me hizo mas impotente, mi cabeza no olvidaba esos momentos en que éramos uno mismo ante la sociedad y hasta ante nuestras familias, al ver que se hacia daño a si mismo tratando de quererme o al menos de tratarme bien para que yo no me sintiera mal, un sábado entre tragos y sexo, recordando ese ultimo día como "Sábado juntos, mañana quien sabe" decidí tomar las riendas y dejar de comportarme como una niña, porque aunque aun lo era mi mente sobrepasaba esos limites, y dejé sus manos, su rostro, su mente y su corazón buscando la paz de El mismo, buscando su comodidad y sobre todo su propia felicidad.

Después de haberlo dejado, durante unos días la platica seguía fluyendo solo como amigos, aunque de pronto se nos escapara un "Te amo" por alguna cuestión del tema tratado, no le molestaba solo mandaba un icono triste haciéndome entender que ya no podía ser. Después el tono de esto subio, mis celos al ver su muro en aquella famosa red social habían sido inhabitables, nadie podría vivir enredado en ellos; comencé a reclamar cosas estúpidas y el porque de los corazones hacia el de parte de sus amigas, pero El respondía con el famoso "ya no te debe importar, ya no somos nada" y yo solo golpeaba lo que tuviera enfrente para sentirme mejor.

Había estado rogándole durante 8 días sin parar, pues ya no había respuesta de su parte en nada de lo que yo mandaba a su chat, el ya no le daba importancia así que dejé de hablarle, aunque llorase todas las noches sin parar y fuese con ojeras de loca a la preparatoria, decidí aguantar un poco para ver como reaccionaba ante este asunto de que parecía ya no importarme a mi tampoco.

Los resultados durante 3 días fueron iguales, decidí mandarle un amoroso mensaje de buenas noches para ver que tanto era su orgullo y ahí fue cuando empecé a crearme una idea tan estúpida como la de regresar, respondió con un mensaje diciendo lo tanto que extrañaba vernos a diario, nuestras costumbres y mis gestos, mi manera de llamarlo y apodos, de ahi, mi cerebro se hizo una ilusión poco inteligente y sufrió con esa idea mucho tiempo despues.

A pasar del tiempo, nos veíamos al menos 1 vez por semana, solo para tener sexo y que me escuchara lo tanto que lo necesitaba en mi vida, y aunque llore en su hombro tantas veces como pude la respuesta siempre era la misma, la que rompía mis esquemas en segundos, la que destrozaba a una niña de 16 años, "no vamos a regresar".
En ese momento nunca me pasó por la mente que alguna ya lo tenia comiendo de su mano, nunca lo pensé de esa forma pues jamás habíamos tenido desplantes de ese tipo, es decir, nunca habíamos sido infieles, pero después entre rumores con mis amigos en común con El, pude descifrar como alguna otra loca ya estaba viéndolo a diario y besándole la mejilla para enamorarlo.

Entonces un sábado, al cual también le puse nombre, lo llamé "Sábado de recuperarte", ese maldito sábado cometí una locura, conseguí reservar una noche en un motel de 4 estrellas, esa noche donde con mi cuerpo y amor entregado iba recuperarlo según yo, le llamé temprano para ponernos de acuerdo y fue cuando el mundo se vino encima, ya ni siquiera esto quería hacer conmigo.

Después de tanto insistir por telefono, llorando y gritando para conseguir una respuesta, tuve que cancelar esa noche y tirarme a llorar como nunca. Fue ahí cuando mi mejor amigo me tomó de la mano y me levanto, psicologimente, para llevarme de fiesta y conseguir desahogarme entre las notas y el alcohol, pero aun no sabia el porque de ese maldito de no ir conmigo a pasarla muy bien a un motel hasta que abrí Instagram y me encontré con lo peor, había pasado toda la madrugada en casa de una chica, en ese momento mandé todo al caño. Un maldito mes rogando que volviera amarme tirado a la basura, ese maldito mes que jamas volvería a repetir en mi vida.

Le odie como nunca y fui a buscarlo para poner las cosas en claro, pues tantas veces me había dicho que me amaba y ahora salía con esto, ¡era injusto! La ultima discusión termino en golpes y lo mejor, dijeron sus amigos, había sido retirarme.

( VUELVO AL PRESENTE)

Una conclusión tenia pero no sabia como explicarla, El había vuelto, Trevor McLaren estaba de vuelta buscándome como hace 1 año nunca lo hizo.

El camino a casa de mi amiga se hizo infinito y mi frente sudando por los nervios de lo que había pasado no tenia para cuando detenerse, el teléfono sonó de pronto pero cada vez que recordaba esas historia de YouTube donde chicas morían en choques automovilísticos y como sus novios se desfallecían de tristeza, dejaba que sonará sin importar quien fuera pues no debía distraerme, la verdad era que tampoco tenia un novio que se dejaría morir por mi partida al más allá pero igual alguien en algún lugar debía hacerlo.

Al llegar a mi destino, la chica salió de pronto, esa niña como yo la llamaba "Damisela de cartón", éramos polos opuestos, ella usaba tacones en sus fiestas locas, vestidos entallados o faldas dejando ver que podía ser sexy y dulce a la vez, su lenguaje era distinto al mío y lo era demasiado.

Mis amigos siempre preguntaban quien era y si era posible conseguir su numero celular, pues su piel era blanca, los ojos color miel y era una muchachita medio alta llena de buen esplendor al caminar.

- Ginna, estas un poco sudada..

- Déjame pasar, no puedo quedarme aquí Jade - empuje la puerta, dándome el paso a su casi mansión yo misma - podemos ir a tu habitacion, ¿cierto?

- Si vamos, rarita.

Corrí por el pasillo como una loca, las llaves se escuchaban por todo el segundo piso y al escucharlas, pude oír en mi mente la voz de Trevor junto con las llaves de mi automovil, el suplicando que no me marchará y ellas rogando que era hora de irnos.

Cada paso era un golpe al alma, de pronto empecé a sentirme desorbitada con preguntas extrañas que no había vuelto a sentir hace mucho tiempo, "¿porque te fuiste tonta? el te ama y tu a El", me dejé caer sobre la cama y tal vez, solo tal vez, ese golpe quito las ideas estúpidas de mi mente.

- ¿Que ha pasado Ginna?

- Trevor volvió.

CARIÑO INCONCLUSO.☝️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora