Propiedad del clan

UNO

Cuando la codicia se pone antes que los sentimientos, el deseo antes del cariño y la envidia por encima de la amistad, el resultado es ni más ni menos que a los Uchihas

- Cariño, mañana temprano se organizó una reunión con las cabezas de la familia - Hablo Indra, desviando levemente los ojos de la pantalla de su portátil para observar a su hija, quien terminaba de cortar algunos vegetales en el mesón de la cocina - No es obligatorio que vayas, pero si así lo deseas sabes que puedes hacerlo.

Sakura meneo la cabeza en negación mientras se encogía levemente de hombros, restando importancia al asunto.

- Si voy el ambiente solo se volverá tenso -dijo mientras lo observaba - de todas formas no es como si tuviera lugar en sus pláticas empresariales, solo me ignoran.

Su padre frunció el seño, pero Sakura simplemente lo dejo pasar, era sabido que los Uchihas la despreciaban lo suficiente como para negar ante todos quien era ella y hacerla pasar un sinfín de momentos embarazosos e incómodos, prefería ahorrarles el gusto de verla contener la rabia ante sus críticas.

Indra trataba de empatizar con ella en aquel aspecto, pero su forma de ver el mundo era muy diferente, por lo cual se le dificultaba, aún así la dejo ser por esa ocasión.

Si tan solo en ese momento hubiera comprendido la magnitud de los siguientes acontecimientos y el cambio drástico que daría su vida después de aquella reunión, claramente Sakura hubiera ido, pero hay cosas que no pueden cambiarse.

Madara era alguien bastante codicioso, desde pequeño que era de aquella forma, como el primogénito de su padre creció creyendo que el mundo entero le pertenecía a él, nadie podía negarle lo que era suyo por derecho, a excepción de sus primos, quienes por herencia o por edad tenían rangos superiores al que él mismo poseía.
Desde temprano tuvo que observar como Obito, el mayor de todos, ganaba experiencia mucho antes que el resto, cuando creía que iba a alcanzarlo logrando un arreglo comercial exitoso una vez que se unió a la empresa, descubría que el mayor ya tenía más de 30 contratos y que sus contactos eran mucho más valiosos que los de un recién graduado. Por si no fuera poco con la abrumadora experiencia de Obito, aún estaba Itachi, el hijo de quién encabezaba la familia de manera interna, aprovecho que era solo un par de años menor que él para usar el típico "mantén a tus amigos cerca, pero a tus enemigos más cerca" para controlar que el muchacho no avance mucho más, pero el simple hecho de que su padre fuera Fugaku era alarmante. Por Sasuke y Shisui aún no era momento de preocuparse, gracias al cielo, ya que el primero era solo un estudiante universitario sin aspiraciones más allá de las que ya pida alcanzar, mientras que el segundo prefería mantenerse al margen de la familia, parecía que con un buen puesto en la compañía para él era más que suficiente.

Cuando se solicito una junta directiva aquel lunes a primera hora, Madara y los demás estaban notablemente confundidos, ya que no era lo usual, pero nada se podía hacer ante las órdenes que les daban los mayores de la familia. Indra apareció en la junta, se hablaron diversos temas que eran de suma urgencia, pero antes de dar por terminada aquella reunión tocó un tema sensible para la mayoría allí presentes.

- He estando pensando en quien debería ser el próximo heredero de la compañía - sentenció el Ōtsutuki. Actualmente, el presidente era Indra, pero ya estaba entrando en sus cincuentas y desde hace algún tiempo evaluaba el desempeño de cada uno de sus sobrinos, su deber era elegir a quién sería el siguiente vicedirector, para que en un futuro este maneje la compañía - quiero postular a mi hija como la heredera.

La primer respuesta no se hizo esperar, ese era un tema ya hablando.

- No - Dijo Fugaku de manera contundente - ella no es una Uchiha y mucho menos porta nuestra sangre.