Prólogo

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Luego de los sucesos transcurridos en Yohokama tras los atentados por parte de The Guild, Fyodor y Shibusawa. El gobierno se pone en un plan de estrategia para proteger la ciudad de posibles enemigos de aquella magnitud o incluso más. Así que, luego de hablar con los jefes de las dos organizaciones más grandes y poderosas de la ciudad sobre un trato que por obligación tendrían que aceptar, estos reúnen a sus empleados en un lugar donde todos pasen desapercibido, pero vamos ¿Quién en su sano juicio pensaría que mafiosos y agentes estaban de picnic juntos?

El lugar de reunión fue una pequeña, pero lo suficientemente grande para todos, sala de un lujoso restaurante. Ahí estaban todos los de la agencia armada de detective, porque muchos no eran que digamos, y estaban los miembros más importante de la Port mafia, ya saben Chuuya, Akutagawa y esa gente, los mero mero, en fin. Era raro ver a aquellas organizaciones juntas, la última vez casi se agarran a madrazos, pero ese no es el punto aquí, no. El punto es que si estaban ahí todos era por algo muy importante y no era para menos; sin embargo, le quita la seriedad a todo si Yosano estaba que descuartizaba con su hacha a Kajii, Akutagawa amenazaba a Atsushi y Dazai molestaba de gusto a Chuya, estando Kunikida regañando a Dazai para que estuviera quieto, contando que Naomi le dio por ver perfecta la ocasión de molestar a su hermano con nada aptos para niños.

Los jefes sólo podian suspirar ¿Qué hicieron para merecer eso? 

Ya cansados de ver tanto bullicio, el primero en tomar la palabra fue Mori, jefe de la port mafia, pero tal parece que estaban tan ocupados todos que ni le determinaron, pobre. Oh, pero a Mori Ōgai nadie lo ignora, NADIE, ni Fukuzawa, por lo que, sacando de la vaina, la katana del presidente de la agencia, en un movimiento rápido, la enterró en la mesa, callando todo el sonido que antes había. los presentes, y un poco Fukuzawa, tragaron grueso, claramente era mejor tener a un Mori feliz que a uno enojado. Por otra parte, el mafioso, sonrió complacido y aclaró su garganta.

— Bien, ahora que tengo la atención de todos, les diré junto a Fukuzawa, el por qué están todos aquí reunidos. – Mencionó ya más tranquilo, internamente, pero no debían saber, sh. – El gobierno nos invitó, bueno más bien nos llamó a una reunión el día de ayer. En dicha reunión, se habló sobre el futuro cercano y lejano, no sólo de la ciudad, sino de nuestras organizaciones. Como verán, después de los sucesos pasados, el gobierno junto al ministerio de segurudad, idearon un plan, que hasta para nosotros, era el más "adecuado".

— ¿Plan? No creo que esas palabras de "idearon" "plan" y "gobierno" tengan coherencia y menos en una sola oración juntas. – Dijo Chuuya de brazos cruzados, alzando una ceja intrigado y con los pies cruzados en la mesa.

— Y eso que el gobierno no es tan brillante como para dar ideas y que estas salgan bien. – Le secundó Dazai jugando con el sombrero del pelinaranja, mismo que tenía un tic en el ojo por lo del sombrero, pero no se le lanzaba encima sólo por que no quería tener la furia de su jefe, aunque ganas no le faltan de matar al suicida.

— Ningún gobierno tiene buenas ideas, Dazai, pero le damos creditos a esta o al menos eso tratamos. – Mencionó Mori. – Como si de alguna manera nos hubieran dado mejores opciones. – Suspiró en voz baja.

— ¿Dijo algo, jefe? – Preguntó algo curiosa Ozaki, al verle masajearse el puente de la nariz a su jefe, claro signo de estrés.

— No es nada, tranquila. – Le sonríe sutilmente haciendo un gesto con mano para restar importancia. Internamente de tan sólo pensar todo lo de la reunión le dolía la cabeza.

— Y el que ambos estén de acuerdo, nos hace suponer, y confirmar a Ranpo como siempre, que esto de alguna manera nos beneficiará ¿no?

— Oye, a mi nadie me confirma nada. Con mi sola confirmación a mi mismo me basta, Dazai.

EpifaníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora