capitolo 2

38 4 0
                                    


Quien sabe de dolor, todo lo sabe.

°Duele...Duele mucho, aún estando acostumbrada, duele. 

¿Ruido? ¿Cómo? es imposible. El ruido me hace sentir más dolor.

Hay movimiento

¿Qué sucede? ¿Por qué en esta oscuridad hay ruido?

Sólo hay ruido en la luz de mis sueños, no en este vacío.

Luz...

Veo otra vez luz. Veo naranja, veo blanco, negro, crema pero ¿En mi sueño?

Sólo me enfoco en ese naranja y otra vez.

Nada.°

Puerto de Yokohama, muelle #24, 1300.

El lugar estaba peligrosamente silencioso y tranquilo. No había nadie a los alrededores del puerto, pero, aún no habían llegado a su objetivo, faltaba poco.

La orden fue corta y precisa.

Entrar, sacar a la chica junto a pruebas suficiente para arrestarles y salir ahí. Nada de fuerza bruta, al menos que la situación lo ameritara.

Habían pasado dos días vigilando y planeando todo, tal parecía que era mucha mercancía y en un día no se iba a subir toda, así que: "¿Qué mejor oportunidad que esa?" Eso dijo Ranpo y le secundaron Dazai y Mori, si esos tres lo decían era por algo ¿No?

El plan sería ejecutado por los dos dobles negros. Los demás, Kunikida, Kyoka, Gin, Tanizaki, Higushi y Tachihara serían apoyo por si algo se complicara. Ranpo, Ozaki, Hirotsu junto a los demás que quedaban eran los ojos y odios de los chicos. Tal como Ranpo dedujo, estarían en un momento de "descanso" antes de volver a las labores, aprovecharían que el hombre que vieron en la foto y que al parecer esos días vigilaba, posiblemente también el más fuerte ahí, no estaría, así podrían escabullirse al barco más grande y buscar donde la chica estaría.

Era sospechoso que no hubiera vigilancia y ese silencio sólo ponía la piel de gallina de todos, tal vez y sea una trampa o con suerte, estaba muy confiado el enemigo como para pensar que no se llevarían nada o serían atrapados, si tan sólo supieran.

El interior de la embarcación era bonito, clásico de la mafia, pero era de un estilo algo...interesante. Atsushi tenía una fiesta interna al reconocer el estilo, para ser un poderoso portador de un tigre lunar era tiernamente infantil, aunque lo negara.

— supongo que Atsushi reconoce algunas cosas de aquí ¿no? ­­–Interrumpió Dazai el silencio que había mientras todos se dirigían a donde estaba guardada todas las cosas. El mencionado sólo pudo sonreí un poco y asentir, reconocía algunas cosas debido a sus lecturas.

— No distraigas al chico, vendas sucias. Entre más rápido hagamos estos, más rápido nos vamos. – interrumpió Chuuya, teniendo de su lado a Akutagawa quien aún con la guardia alta, asintió.

— ¿Porqué siempre tienes que insultarme así, Chuchu? – Exclamó infantil Dazai, usando al final aquel mote para molestar al pelinaranja.

— ¿Será por qué sólo sirves para eso? – Dijo el mafioso de baja estatura, perdiendo la poca paciencia que le tenía al castaño.

— Realmente eres malo, Chuchu Y pensar que fuimos exsocios antes. – Siguió molestando el suicida, posando una mano en su frente dramáticamente, sabiendo que el mafioso explotaría, cosa que pasó.

— ¡Ay! ¡Bastardo hijo de...

Chuuya se le abalanzó al cuello para ahorcarlo, haciendo que Dazai pareciera un muñeco de trapo a la par que hacia una estúpida expresión de sufrimiento y riéndose como idiota, oyendo como el de bajo tamaño gruñía insultos.

EpifaníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora