No pertenezco a ninguna ciudad

1.8K 165 102
                                    

Beverly Marsh despertó en un cubículo de un baño, su respiración estaba algo agitada e intentaba recordar lo que había pasado, había ido a los barrens con sus amigos y después volvió a casa, aunque, ¿Realmente llegó a su casa? No lo recordaba.

Tocó su cabeza cuando un pequeño dolor la invadió.

—Jodida mierda—Se quejó, entonces escuchó como alguien entraba casi corriendo al baño y se metía al cubículo de al lado.

A los pocos segundos entraron más personas.

—¿Estás segura que entró aquí?—Preguntó una chica.

—¿A dónde más si no? Siendo su padre un conserje no debe conocer otra cosa que los baños—Respondió otra chica con las voz un poco más chillona.

Sin soportarlo más y por el hecho de que esa conversación le traía recuerdos logrando así ponerla un poco nerviosa, abrió la puerta del cubículo, había dos chicas, ambas rubias y con sonrisas burlonas en sus cara. Beverly trató de no prestarles atención y caminó hasta el lavamanos, la jaqueca ya se estaba volviendo un problema.

Ambas rubias caminaron hasta el único cubículo cerrado y golpearon la puerta.

—¿Estás cortando tus venas?—Preguntó una burlona—Trae el bote de basura—Le susurró a su amiga, sin embargo la pelirroja logró escuchar.

—Déjame en paz—Respondió una débil voz, el corazón de Bev se estrujó un poco.

Entonces intervino antes de que lanzaran la basura dentro, se acercó rapidamente hasta la rubia con coleta y la empujó lejos del lugar ocasionando que tropezara con sus pies y la basura cayera sobre ella, como respuesta tuvo un grito bastante molesto y desagradable.

La otra chica la miró indignada e intentó acercarse para golpear su mejilla, sin embargo Beverly fue más rápida y también la empujó, luchó contra un payaso cuando apenas tenía trece años, estas rubias no eran realmente una amenaza, además de que a simple vista se veía que eran menores que ella, nada que no pudiera manejar.

—Largo—Tan pronto como lo dijo ambas chicas se levantaron y la obedecieron. Ella se acercó a la puerta y la tocó levemente—Está bien, puedes salir—Segundos después la puerta se abrió y una castaña salió tímidamente.

—¿Que ha pasado?—

—Me encargué de esas zorras—Sonrió con burla, la castaña la miró algo horrorizada.

—¿H-has dicho...—Miró en ambas direcciones—zorras?—Finalizó tímidamente.

—-Niña, he escuchado cosas peores y ni hablar de las dichas, no te asustes por una palabra—Prestó atención al lugar—Como sea, ¿Dónde estamos?—

—Eh...¿La escuela secundaria de Derry?—Respondió confundida.

—¿Escuela secundaria?—La chica asintió—Creo que ha cambiado mucho desde que estuve aquí, muy bien, debo irme—Agitó su mano en señal de despedida y caminó hasta la puerta

—¡Gracias!—Gritó repentinamente la chica—¿Eres nueva aquí? Nunca antes te vi—Beverly se giró confundida—No importa, soy Beverly Marsh—

Quiso desmayarse ahí mismo y un recuerdo asaltó su mente.

Estaba de camino a su casa, la tarde con los chicos había sido genial y estaba feliz de como las cosas con su amistad habían resultado, pensaba que quizás les sugeriría ir a la casa subterránea cuando terminara todo esto del huracán, le gustaba ese lugar porque podía fumar sin preocuparse por que la vieran, aunque no era como si le importara.

Hurricane ; IT 1990 + 2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora