Prólogo.

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*Louis PV*

En ese entonces era 2010, las audiciones para el famoso programa "Factor X" se acercaban, y muchos adolescentes con talento se postulaban para poder conseguir algún patrocinador en el mundo de la música, o simplemente para ganar el dinero del premio, pero eso rara vez llegaba a pasar, ya que de más de mil postulantes al final solo quedaban unos pocos. Y yo como todo buen joven ocioso, me inscribí, aunque con no muchas esperanzas, ya que había visto el programa algunas veces y no le llegaba ni a los talones a los concursantes que normalmente se veían en aquél estudio. Mis hermanas y mi madre me aconsejaban, me hacían practicar y me apoyaban todo el tiempo, así que fue un período bastante divertido y tranquilo, hasta claro, el día de mi primera audición. Nunca había estado tan feliz desde que vi la cara de mi madre cuando quedé en el programa, aunque no esperaba que me llamaran, haber estado en ese escenario era suficiente para mí, pero casi por milagro, a la semana después llegó una carta de Factor X, diciendo que iba a concursar con los 10 mejores de mi categoría.

Recuerdo que aquél día me levanté exageradamente temprano, y aunque los nervios me hacían estar completamente exhausto,  simplemente no podía volver a dormirme. Cuidándome de no hacer ruido para no despertar a mi madre, me vestí rápidamente y salí rumbo al aún cerrado estudio de Factor X, llamando a Hannah, mi novia de aquellos tiempos, para que me acompañara a desayunar en los alrededores.

Al reunirme con ella fuimos a comprar café a un pequeño local de enfrente y pasándole el dinero, fui con los dos vasos en busca de una mesa para descansar, donde en una gran pantalla que adornaba la pared, una chica de cabellos dorados mostraba el pronóstico del tiempo, que ciertamente era bastante bajo a pesar de ser verano.

-¿Puedo?- Escuché la voz de Hannah desde la caja, quién sostenía dos muffins junto a su cabeza con un puchero de súplica.

-Claro, déjame buscar...- Con todo el cuidado del mundo, sostuve ambos cafés con el brazo izquierdo, para así buscar mi billetera, pero no estoy seguro de por qué, seguí avanzando, hasta sentir como chocaba con una silueta y derramaba parte del café sobre mi mano.

El chico y yo soltamos un grito al mismo tiempo, uno de los vasos se había derramado completamente en el abrigo de un joven que lucía casi de la misma edad que yo, de cabello rizado y ojos verdes que me parecieron increíblemente familiares. 

-Oops...- susurré más avergonzado que preocupado, mientras esos ojos verdes consumían mi mente, ¿Que estaba pasando? seguro era la impresión, ¡Había salido de la nada! suerte que tenía ese gran abrigo o habría sufrido graves quemaduras, como las que probablemente tenía yo en media mano izquierda.

-Hola- Dijo con una pequeña risa, ignorando la mancha café que se extendía en su ropa.

-¿Estás bien? Lo siento mucho.- En un intento absurdo por arreglarlo, comencé a secar inútilmente el abrigo con las pocas servilletas que dan junto con el café, pero rápidamente la mano del chico me detuvo.

-Está bien, a cualquiera puede pasarle, tengo tanta ropa que apenas lo siento, pero tu mano...- De pronto era él quién parecía preocupado, sosteniendo mi mano izquierda y observándola detalladamente, con tanta confianza que por alguna razón mi corazón comenzó a latir más y más rápido. 

-Estoy bien...eh... ¿Puedo preguntarte algo?- Dije sin pensarlo mucho. -¿Te conozco de alguna parte?- Por alguna razón su rostro me parecía conocido, y necesitaba estar seguro ¿Estaría en mi escuela en Doncaster? ¿O solo me había encontrado con él tantas veces por casualidad que ya recordaba su cara? ciertamente había algo que me intrigaba respecto a él.

-Bueno, no nos conocemos- Comenzó a reír sin apartar sus ojos de los míos con la expresión relajada que no había abandonado ni un segundo. -Pero te vi una vez, en Factor X...-

Half of Me (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora