Experimento

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Las manos y los labios de Steve recorrían la piel canela con duda, a pesar de que este era un terreno más que conocido, después de todas las veces que estuvieron juntos.

—¿Que pasa, cariño?— preguntó el castaño, tomando al rubio suavemente del mentón y levantando su rostro, observando en su expresión su incertidumbre y duda —te notó tenso— agregó, dejando suaves caricias en su mejilla.

—no estoy acostumbrado a esto— murmuró, huyendo de la mirada del castaño —y tengo miedo de arruinarlo por completo— agregó con un rubor en sus mejillas.

Ambos estaban completamente excitados, deseosos y desnudos sobre la cama de tamaño desproporcionado del castaño. Esto no era nuevo, se habían hecho pareja un año atrás, después de múltiples desacuerdos y discusiones que habían resultado ser producto de su enorme tensión sexual y del deseo oculto y mutuo por el contrario.

Sin embargo ya habían superado eso y ahora disfrutaban de una relación estable y fructífera. Y el sexo no era un ámbito desconocido, habían tenido relaciones por primera vez a los dos meses de hacerse pareja, sin embargo, en esa ocasión, así como en absolutamente todas las demás, Tony había sido el que había liderado en la cama y Steve estaba más que satisfecho y conforme con los resultados. Pero habían cumplido ya mucho tiempo en la misma posición, por lo que el castaño le sugirió hacer un cambio de roles y permitir que Steve superará en la cama en esta ocasión, más que a modo de experimento, para permitirle al rubio que experimentará lo mismo que él y que explorará su sexualidad.

Sabía que Steve no se había acostado con nadie, y de todas formas, él mismo se lo contó, por lo que Tony era el primero en muchos aspectos y aquello lo complacía inmensamente, pero, no podía tener suficiente de ello, por lo que quería hacerse dueño de la última virginidad que le quedaba a Steve, además de, por supuesto, experimentar lo que se sentía tener todo ese poder americano dentro.

—no lo vas a arruinar, cariño, estoy aquí contigo y te guiare en todo, no tienes por qué preocuparte, encanto— murmuró el castaño, mientras abría más las piernas para acomodar al rubio mejor allí y para llevar, con su mano libre, una de las manos de este a su estrecha hendidura.

—avisame si te duele o si no te gusta, ¿Bien?— pidió, tomando una profunda respiración para calmarse, antes de reanudar su labor, bajando a besar el vientre del castaño, hasta llegar a su erección, a la cual le dió una lamida provocadora, antes de separarse y tomar el lubricante, vertiendo un generosa cantidad en sus dedos, llevándolos luego a la entrada del castaño y dar algunos toques tentativos, antes de deslizar el primero en el apretado calor, disfrutando del gemido y de las expresiones en el rostro de su pareja.

Steve no se perdió ni por un segundo las expresiones de su pareja y de acuerdo a estás, iba sumando más dedos a la totalidad de dígitos en su interior. Hasta el punto de tener cuatro, entrando y saliendo con facilidad del canal, mientras recibía como recompensa los deliciosos sonidos del castaño, que se retorcía por las atenciones recibidas y por la deliciosa sensación de los dedos de su pareja en su interior.

*****

—vamos, cariño. Es hora— murmuró entre jadeos el castaño, mientras llevaba sus manos a los lados de los brazos del rubio y trataba de moverlo hacia arriba.

El rubio, acatando el pedido, se deslizó lentamente sobre el cuerpo del castaño, hasta posicionarse encima de este. Le regaló una mirada inquisitiva, que fue respondida con un asentimiento de este, antes de tomar su dureza entre las manos y dar un par de sacudidas, poniéndose una generosa cantidad de lubricante, para luego guiar su masculinidad con sus manos y conducirla hasta la hendidura, deslizandola lentamente y gimiendo por la deliciosa sensación del apretado calor que lo recibía.

Fue lento, quería asegurarse de que nada doliera y de que no le hiciera daño a su pareja.

*****

Una vez se encontró completamente adentro, buscó una posición cómoda y esperó un tiempo prudencial, antes de empezar a moverse suavemente, recibiendo los sonidos del castaño como recompensa.

Mientras embestía el apretado calor, deslizó sus labios hacia la garganta y el oído del castaño, donde dejaba suaves y torpes besos y también donde ocultaba sus gemidos, frustrando un poco al castaño, que quería escucharlo y quien lo acariciaba por todas partes, extrañando la sensación de correspondencia.

******

Las embestidas se aceleraron un poco más, causando que el rubio golpeará la próstata del castaño, sacando sonidos especialmente altos, por lo que atacó ese punto de forma uniforme, hasta que arrastró al castaño al orgasmo, no pudiendo hacer mucho más, antes de correrse en el interior de este, antes de dejarse caer al lado, tratando de recuperarse del orgasmo.

*****

—¿Que pasó?— preguntó el rubio angustiado, cuando el castaño, después de recuperarse un poco, se dió la vuelta, dándole la espalda al rubio.

—nada de qué preocuparse, cariño— respondió rápidamente, pero al rubio no sé le escapó el tono de de derrota en sus palabras.

—puedes decirme que pasó, Tony. Quiero saberlo para corregirlo— preguntó el rubio preocupado, dándole alcance y abrazándolo por detrás.

—es una estupidez. Yo solo, pensé que podría hacerte perder el control— respondió en un tono bajo y casi inaudible, pero que el rubio captó perfectamente.

—casi lo logras, sin embargo, no debes martirizarte por eso. Es mi culpa, fui yo quien no quiso renunciar a él— respondió, acariciando los pectorales del castaño —cuando me haces el amor, puedo renunciar a él por completo, porque se que me vas a cuidar muy bien y porque se que no tengo que preocuparme de nada, sin embargo, arriba es diferente, soy yo quién debe cuidar de ti y soy yo quien tiene que hacerse cargo de todo, por lo que debo mantenerme controlado todo el tiempo— explicó, para luego repartir besos de disculpa en el cuello del castaño.

—entonces, creo que debemos establecer una rutina. Quiero que tú tengas opción a elegir y que puedas experimentar...— respondió, siendo cortado por el rubio, quien le dió la vuelta y lo beso, silenciandolo.

—si es tan necesario para ti podemos hacerlo, sin embargo, me gustaría que me dejarás estar abajo— responder después de separarse.

—entonces que así sea. No me gusta que estés arriba y cambies tu forma de estar contigo y ciertamente disfrutó más de verte libre y siendo tu. Me complace más hacerte feliz— murmuró el castaño, para luego abrazarse a él y cerrar los ojos para quedarse dormido.

—te amo, Tony— murmuró el rubio con una sonrisa, antes de acompañar al castaño en sus sueños.

OneShots Stony - Writer's Gay ChallengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora