Capítulo uno.

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Las palabras de sus padres repercutían en sus oídos de forma inválida, ni siquiera podía llegar a prestar una mínima pizca de atención a sus oblaciones

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Las palabras de sus padres repercutían en sus oídos de forma inválida, ni siquiera podía llegar a prestar una mínima pizca de atención a sus oblaciones. Su mirada se perdió en un punto fijo al no poder reaccionar ante los llamados de su padre que lo observaba un tanto preocupado junto a su madre que, al igual que él, no lograba descifrar su descontento acerca de lo que terminaron de comentarle.

—¡JungKook! ¡Por el amor de mi horrible suegra...! ¿Estas con nosotros?—Su padre fue víctima de un manotazo en su nuca por parte de su progenitora que lo regañaba visualmente.

Al instante JungKook puede percibir su atención, por lo que sacude su cabeza en un intento de borrar toda clase de distracción hacia sus padres.

—Lo siento ¿Decían?—Su sonrisa desganada dió a relucir en sus preciosos labios, realmente estaba arrepentido por haberles faltado el respeto a sus mayores y no prestarles la atención que se merecían, pero en su defensa ultimamente un asunto lo traía muy despistado, tanto que a veces no podía esmerarse en otorgar su cortesía y consideración con quienes en verdad la necesitaban. Nadie tenía que atiborrarse de fastidio por su mala conducta ni tampoco llamarle la atención por ello, ya tenía diecisiete años y sabía lo que era correcto y lo que no.

Quedarse acentuado por sus pensamientos, por ejemplo, no era su mejor atavío.

—¿No haz escuchado nada de lo que dijimos?—Cuestiona su madre un poco comprimida de frustración.

—N-no. De verdad lo siento.—Dispone con desazón. Un sentimiento de intranquilidad se apoderó de todo su cuerpo al notar como sus padres lo observaban con cierta tribulación, como si su inquietud fuera mucho más grande que la suya.

—Ya no lo soporto más ¿Puedes decirnos lo que ocurre contigo? Esta semana no te comportaste como el JungKookie que conocemos, haz estado muy riguroso, precoz y turbado, tu no eres así.—Aseguró el mayor del trio con cierta prevención.

—Tu padre tiene razón JungKook, estamos preocupados por ti y por todo lo que a estado rondando por tu cabeza estos ultimos días. Vivimos en prevención para cualquier cosa que decidas revelarnos bebito ¿Por qué no lo haces?—La pálida mujer tomó asiento en la silla que se encontraba a un lado del pelinegro y menor de los tres, quien se hallaba en una clase de embalse donde albergaban muchas justificaciones por su comportamiento tan inusual.

—Si se los digo, probablemente piensen que estoy exagerando.—Casi inmutable, dirigió sus manos por encima de la mesa de la cocina para poder jugar con la madera y golpear la misma con sus largos y delgados dedos.

—Por favor JungKook, no es momento de comportarse como el bebe de mami...es distinto si deseas implicar ser el bebe de papi, tu puedes se...

—¡JungKookie siempre será el bebe de mami duela a quien le duela!—Expresó fuertemente casi perdiendo su hechura, asustando un poco a sus chicos en la mesa.

⇢Claves del Dirty Talking「ҡooҡν」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora