Capítulo tres.

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Un atareado y bastante estresado rubiecito de veinte años corría a tropezones hasta su carro que se encontraba estacionado a unos metros de su estadía, no se sentiría tan precupado por ir al supermercado si no hubiese estado de haragán esa mañana ...

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Un atareado y bastante estresado rubiecito de veinte años corría a tropezones hasta su carro que se encontraba estacionado a unos metros de su estadía, no se sentiría tan precupado por ir al supermercado si no hubiese estado de haragán esa mañana en vez de hacer las compras del día. Eran aproximadamente las ocho y media de la noche y su estómago rugía como si no hubiese comido por tres años enteros, agradecía infinitamente poder comer todo lo que quisiera y jamás engordar, porque teniendo en cuenta todo lo que vivía tragandose al día probablemente hoy se asemejaría en demasia a alguna clase de zandía versión humana.

Suspiró cansado cuando ya se encontró dentro del vehículo pero resopló angustiado al percibir el tono estruendoso de su teléfono, anunciando una llamada poco prevista. Rebuscó entre el desorden de su auto para poder hallar a su móvil regado por cualquier lugar, siguió con cautela el sonido característico y con victoria pudo encontrarla por debajo de su asiento, vaya a saber como había llegado hasta ahí. Observó la pantalla sin mucho interes al notar como una pequeña fotografía de su mejor amigo daba a relucir por tercera vez en el día.

—Park JiMin ¿Cuántas veces tendré que repetirte que no quiero hacer una pijamada de parejas con JungKookie y NamJoon Hyung para terminar follando como animales? ¡Estas completamente enfermo si piensas que cederé a una propuesta como esa! ¿Cuál es tu problema?—La idea de una pijamada de parejas no le molestaba en lo absoluto, el problema estaba en que JiMin muchas veces le ha confesado cuan caliente le parece su lindo Kookie, y él no estaba dispuesto a tolerar a su mejor amigo y su pareja debajo del mismo techo, por lo menos hasta que a JiMin se le pasara su leve atracción por su novio, suficiente tenía con saber que se veían por los pasillos de su institución.—Estas loco, tal vez fumado o drogado a un punto en el que no puedes saber lo que dices, es lo único que diré al respecto.

¿Disculpa? ¿Piensas que quiero tirarme a tu novio? Dejame decirte una cosa...tienes razón, sin embargo, no estoy desesperado por hacerlo, ya tengo a mi precioso Namie. Es cuestión de acostumbrarme a querer en mi cama solo a una persona, porque si no lo recuerdas, estoy recuperándome de una situación muy estresante, tanto Joonie como yo fuimos tan depravados en un pasado, tanto que es imposible ser un ángel fiel del amor después de que te hayas follado a varias personas sin sentimientos de por medio.—Recuerda, totalmente absorto a los revoltijos de papeles que se podían distinguir del otro lado de la línea.—Además, no recomendé una pijama con intenciones de tener algo con JungKook, más bien lo hice para que ustedes sean los que hagan esas cochinadas de una buena vez. No tolero verte tan necesitado de polla, y tampoco puedo vivir con un JungKookie mimoso por las fotografías enmarcadas que posee de su novio en su estrecho e impecable casillero.

—¿Haz dicho JungKookie?

Lo hice ¿Acaso estas ignorandome?—Reprocha con total disconformidad.

—Por supuesto que si.—Admite sin una pizca de interes.

Que quede claro que tu eres el que no escucha mis consejos ¿Por qué siquiera me molesto en querer ayudarte?—Del otro lado de la línea, TaeHyung pudo percibir el tono tosco que su amigo implementó al hablarlo, como si de verdad estuviera enojado con él. JiMin suspiró rendido y decidió dejar la llamada en un segundo plano, tal vez no era el momento de reñirlo como siempre lo hacía cuando notaba sus cambios de humor preocupantes.—Creo que llamaré más tarde, veré si puedo contactar a Joonie para vernos en un rat...

⇢Claves del Dirty Talking「ҡooҡν」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora