¿Hola, cómo están? Como lo había prometido antes Monster finalmente está aquí.
Esta historia es el segundo de mi "trilogía macabra" (los otros dos son Inocencia Perdida y La Peor Pesadilla), es más, es el fic madre de Inocencia Perdida (más adelante sabrán el por qué).
Sin más que decir los dejo con la lectura. Que la disfruten.
Hola, soy la Haruka del 2024. Bueno, estuve haciendo algunas modificaciones a este y a los capítulos siguientes porque no estaba contenta por el resultado anterior. Espero que estos nuevos cambios sean de su agrado.
Antes de ir con la lectura, les dejo los trigger warning de este fic, el cual contiene:
- Secuestro.
- Tortura.
- Menciones de canibalismo.
- Menciones de violación.
- Asesinato.
- Puede que los personajes hagan comentarios que para nosotros sea desafortunado. Tengan en cuenta que la mayoría carece de moralidad.
- Asimismo este primer episodio contiene una violación.
Si eres menor y/o sensible a estos temas entonces recomiendo que no leas este fic. Si aún así decides leerlo entonces hazlo bajo tu propio riesgo.
Ahora sí, comencemos con la lectura.
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1969.
Hotel Sol Naciente, Aomori.
Una pareja se encontraba acostada en la cama besándose con pasión mientras que con sus manos recorrían el cuerpo del otro. Intentaban hacer el menor ruido posible ya que el gerente del hotel les había dicho que no molestaran al resto de los huéspedes.
Cuando la mujer invirtió posiciones con su novio, quedándose arriba de este, oyeron risas.
– ¿Y eso? – preguntó.
– Seguramente han de ser del otro cuarto – le respondió mientras le tomaba de la cintura.
Ignorando los ruidos, la mujer se quitó la camisa, revelando un sostén de encaje. No obstante las risas aumentaron su intensidad.
– No, creo que viene de aquí – comentó asustada.
– Oh, vamos, seguramente estás delirando.
– No, creo que hay alguien – tras decir eso se bajó de la cama, causando que su novio suelte un gemido de insatisfacción.
La mujer notó que las risas provenían del armario, al acercarse a este sintió un nudo en su garganta. Al abrir las puertas vió una figura masculina, de cabello negro y ojos verdes, cubierto de sangre.
– Tardaste mucho, perra – dijo antes de apuñalarla en la frente, matándola instantáneamente.
– ¡¡¡Oh por Dios!!!
Asustado, el hombre salió de la cama e intentó huir del cuarto, pero no fue rival para el asesino, quien lo atrapó y comenzó a apuñalarlo repetidas veces en la cabeza y espalda.2015.
– Tsubasa, Tsubasa, despierta – el mencionado abrió los ojos al sentir las sacudidas –. Al fin despiertas, amigo.
– Ishizaki, buenos días – bostezó –. ¿Qué hora es?
– Son las diez – contestó –. Veo que el movimiento del tren no afectó tu sueño.
– Por lo que veo no, no me afectó – rió.
– Pronto llegaremos a Aomori – dijo –. Me alegra que aceptaras acompañarme. Pensaba que irías al extranjero ni bien nos graduamos.
– Es que quiero tener una última aventura con mi mejor amigo – le sonrió –. Te extrañaré mucho.
– Igualmente, amigo.
Tsubasa Ozora y Ryo Ishizaki, ambos eran amigos desde que era niños. Ambos se conocieron primaria Nankatsu, donde forjaron una amistad inquebrantable gracias a su amor por el fútbol. Con cada partido su vínculo se fue consolidando hasta volverse inseparables. Tras terminar la primaria fueron a la misma secundaria y preparatoria, donde continuaron jugando al deporte que tanto amaban.
No obstante sus caminos estaban a punto de separarse, pues Tsubasa pronto viajaría al extranjero a convertirse en jugador profesional; Así que Ishizaki propuso un viaje a Aomori a tener una última aventura juntos antes de decir adiós. Ahora ambos amigos estaban en camino hacia su destino, donde esperan tener una experiencia que se quede grabada en sus mentes para siempre.
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– Oh mi Dios... Sigue... – suplicaba Taro Misaki mientras era embestido salvajemente –. Ah... Hyuga, eres todo un semental...
– Claro que lo soy... Y tú eres una puta... – respondió Kojiro Hyuga al aumentar la velocidad –. ¿Cuánto tiempo llevamos ya?
– Ni idea... ¿Pero a quién le importa? – arqueó la espalda.
– Llevan cinco horas en esto – contestó una mujer pelirroja molesta tras abrir la puerta.
– ¿Qué haces aquí, Sanae? – preguntó molesto el moreno sin dejar de embestir a su amante.
– Los residentes se quejan de que oyen gemidos fuertes – se cruzó de manos –. Misaki, más vale que terminen con esto rápido que debes encargarte de la cocina.
– ¿Ya llegaron los nuevos ingredientes? – preguntó entre gemidos.
– Ayer compramos todo.
– Pero me refiero al "especial".
– No, todavía no – respondió –. Pero vístete ya que tienes trabajo que hacer – sentenció antes de dejar el cuarto.
– Bueno, la jefa gruñona ha hablado – el pelinegro salió de su interior –. Mejor encarguémonos de esto ahora así podremos seguir sin que nos moleste.
– De acuerdo – infló los cachetes molesto.
– Misaki – una joven con el cabello castaño recogido en una coleta apareció frente a la puerta.
– ¿Ocurre algo, Yukari?
– No pude evitar escuchar la conversación que tuvieron con Nakazawa, y quería avisarte que si quieres puedo redirigir algunos residentes a los cuartos especiales.
– Gracias, pero no – se negó –. Esa gente solo quiere pasar unos días, no convertirse en "el especial".
– Además, no todos los que llegan aquí deben quedarse para siempre – agregó Kojiro –. Por no mencionar que él podría enojarse.
En otro cuarto.
– ¡No! – gritaba un hombre mientras era embestido a cuatro patas salvajemente por otro más joven.
– ¡Te lo mereces! – decía este otro al tirarle del cabello –. Querido, tu mayor error fue intentar drogarte aquí sabiendo que está prohibido.
Cuando sentía que estaba por correrse salió de su interior, el contrario cayó rendido en la cama, sentía un inmenso dolor. El joven se subió los pantalones y sacó de su bolsillo una navaja muy filosa.
– Di tus últimas palabras – lo tomó de las caderas.
– No... No lo hagas... ¡¡¡No te atrevas!!!
Pero esas súplicas no fueron suficientes para su violador, quien de un solo movimiento empaló el arma en su interior y lo fue moviendo frenéticamente.
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Tsubasa e Ishizaki estaban sentados en el asiento trasero del taxi, el primero veía por la ventana la cantidad de locales y el segundo chequeaba un folleto.
– Y díganme de dónde viene – pidió el chofer.
– Somos de Nankatsu, nos graduamos hace unos días – respondió Ryo.
– Felicidades. ¿Y qué los trae por aquí?
– Vacaciones – contestó el castaño.
– Entiendo – el chofer los miró a través del retrovisor –. ¿Y dónde se alojarán?
– En un hotel llamado Sol Naciente – el auto se detuvo de golpe, asombrando a los oriundos de Nankatsu –. ¿Dije algo malo?
– ¿Sol Naciente? ¿Saben que ese lugar está maldito?
– ¿A qué se refiere? – preguntó Tsubasa asustado.
– Ese hotel ha sido el lugar de varias desapariciones y muertes, en su mayoría asesinatos – explicó –. En 1969 un joven de tan solo 18 años desapareció y algunas personas dicen haberlo visto rondando los pasillos del hotel; unos meses después una pareja fue asesinada a puñaladas; al año siguiente un adolescente se quitó la vida tras tirarse del cuarto piso, pero hay quienes dicen que lo empujaron; y su fundador se quitó la vida tras dispararse en la cien antes de que la policía lo encontrara.
– ¿La policía? – preguntó Ishizaki.
– Era un asesino en serie – agregó –. Si lo que quieren es que los lleve a ese hotel no puedo negarme, pero se los advierto, no saldrán vivos de allí.
Ishizaki se cruzó de brazos incrédulo y sacudió su cabeza de lado a lado; Tsubasa por su parte palideció y sus pulsaciones aumentaron, tenía un muy mal presentimiento.
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Sanae estaba detrás del mostrador leyendo una revista completamente aburrida, eran más de las once y nadie había venido aún. Llevó la vista al cielo y liberó un suspiro, maldecía el haber pedido recibir a los huéspedes ese día.
– ¿Ishizaki, seguro que es una buena idea? – preguntó Tsubasa cuando él y su amigo entraron al edificio.
– Oye, no te preocupes, esas muertes pasaron hace ya más de una década – contestó en un intento de tranquilizarlo –. Que yo sepa ahora es un hotel seguro y bien barato.
– ¿Puedo ayudarlos? – guardó la revista y puso ambas manos contra el mostrador.
– Sí, yo soy Ryo Ishizaki y él es Tsubasa Ozora, queríamos saber si tienen habitaciones disponibles.
– ¡¿No reservaste antes?!
– Aquí no se hacen reservaciones – interrumpió la mayor –.Y sí, tenemos habitaciones – tomó unas llaves del tablero de llaves –. Tienen la habitación número 33.
– Genial... ¿Y el botones? – ante esa pregunta Sanae suspiró molesta.
– Katagiri – tocó una campana y un hombre con lentes de sol llegó a la recepción arreglándose la camisa –. Lleva a esos chicos a la habitación número 33, y carga su equipaje.
– Será un placer.
– Yo te conozco – Tsubasa lo miró sorprendido luego de darle su mochila –. Tú eres Munemasa Katagiri, jugaste con la selección en la década de los noventa.
– Así es – respondió tranquilamente.
– Veo que ya no estás asustado, amigo – soltó una risa.
– Vaya. ¿Y qué te hizo cambiar el fútbol por los hoteles?
– Es una larga historia – cargó ambas mochilas –. Vengan, los llevaré a su cuarto.
Los tres se dirigieron al ascensor y allí Katagiri apretó el botón del cuarto piso, mientras subían Tsubasa no paraba de hacerle preguntas acerca de su carrera como futbolista, pero solo obtenía como respuesta frases como "es una larga historia" o "no recuerdo mucho". Al llegar al tercer piso vieron a un joven pelinegro y con ropas oscuras caminando en dirección contraria y silbando, pero lo que más le llamó la atención al castaño fueron unas manchas rojas en sus prendas.
– Señor Katagiri – el joven se les acercó –. ¿Ha visto a Misaki?
– Seguramente ha de estar en la cocina o en su cuarto.
– Ya veo – llevó su vista al castaño –. Tuvimos un problema y necesito tanto a él como a Yukari para limpiar uno de los cuartos.
– Entiendo, en cuanto lo vea se lo haré saber.
– Perfecto – sonrió –. ¿Qué cuarto te dieron, cariño?
– ¿Qué? – se sonrojó.
– Habitación 33 – contestó Ishizaki.
– Ya veo – le guiñó el ojo –. Lástima que sea esa, me habría encantado divertirme contigo.
– ¿Qué?
– Bueno, debemos continuar – Tanto Katagiri como Ryo se alejaron, pero Tsubasa seguía mirando fijamente al pelinegro.
– Espero encontrarme contigo luego, bebé – sin pensarlo dos veces le dio un apasionado beso como al mismo tiempo le acarició una nalga antes de separarse e irse.
Tsubasa se quedó en shock, sin poder procesar lo que acababa de suceder. Dándose cuenta de eso, Ishizaki se le acercó y tocó su hombro.
– No llevamos ni media hora y ya tienes un pretendiente, ¿eh? – comentó en tono burlón.
– ¿Qué cosas, dices? – le dio un golpe en la cabeza.
– ¡Ay! Solo bromeaba.
– ¡Oigan, no tengo todo el día! – dijo Katagiri a lo lejos.
Tsubasa e Ishizaki corrieron hacia donde estaba el pelinegro y los tres siguieron su camino.
Esa misma noche.
Tsubasa estaba dando vueltas en su cama, pensando en aquello que dijo el taxista y el encuentro con ese joven pelinegro. Sentía una gran intranquilidad, algo dentro suyo le decía que cometió un grave error al estar allí.
Se levantó de la cama dispuesto a dar una vuelta, observó a su amigo dormido antes de dejar el cuarto. Mientras caminaba por el pasillo iluminado vio a un joven de más o menos su edad arrastrando una bolsa negra, y para su horror esta dejaba un rastro de un extraño líquido rojo. Asustado contuvo un grito y corrió de regreso a su habitación, cuando de repente oyó un gruñido seguido de una mano tocando su hombro.
– Ah – gimió al ver la mano completamente ensangrentada. Con mucho temor volteó y se encontró con un hombre con parte del cerebro descubierto – ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!! – el grito se oyó en todo el edificio.--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Un Inicio fuerte. ¿No?
No sé si fui suave o más cruel con este capítulo, ya que originalmente la escena del asesinato al principio no estaba presente y la violación era más gráfica. Lo que sí es que los siguientes episodios serán muy gráficos: habrá muertes, sangre, violaciones, y sinceramente no me encariñaría con ninguno de los personajes.
Bueno, en el siguiente capítulo Tsubasa está afectado por lo que vio en la noche anterior y ya quiere irse, pero cuando Ishizaki desaparece de repente no le queda otra más que cambiar de opinión y termina llamando la atención de cierto huésped en el hotel. Todo eso y más en "Missing".
El mes del terror se acerca. ¿Pueden sentirlo? No sé ustedes pero si yo me mudara a un nuevo vecindario tendría cuidado de los vecinos, sobretodo si a la noche recibo una visita inesperada.
Uff, me tomó un rato pero ya terminé de editar este primer episodio. Tuve un inconveniente con la alineación de los títulos, por lo que tuve que hacerlos manualmente.
Por cierto, seguro han de estar preguntándose a qué me refería con el párrafo de arriba (no el que escribí recién, sino en el que hablo de que el mes de terror se acerca (bah, justo cuando escribo esto es 18 de octubre), pues es sobre un fic que nunca estrené. Quién sabe si algún día me dignaré a escribirlo o no.
Espero que hayan disfrutado de este primer episodio.
Matta ne.
ESTÁS LEYENDO
Monster.
FanfictionUnos Tsubasa e Ishizaki recién graduados de preparatoria deciden ir de vacaciones el haber superado esta etapa y van a la prefectura de Aomori. Ellos se alojan en el hotel Sol Naciente, construido en la década de los sesenta y que tiene mala fama po...