Adicto [ChangHyuk]

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La mejor forma que se le ocurrió a Im Changkyun de proteger su débil corazón fue olvidar el momento que su hyung lo había besado, o por lo menos fingir que lo había olvidado. Se forzó a sí mismo a creer que la emoción del momento le había llevado a hacer tal cosa y que realmente no había sido su intención desde un principio. Las cosas con Minhyuk siguieron igual que siempre después de eso, el rubio tampoco había vuelto a mencionar el tema y ambos sentían que sería lo mejor.

Pasaron cuatro meses para que se comenzara a promocionar el tan esperado debut de Lee; había teñido su cabello de negro y Changkyun no podía evitar pensar que su mayor lucía increíblemente bien e incluso un poco mayor. Minhyuk también había bajado considerablemente de peso, aunque no de forma repentina; al parecer tendría que mantenerse en forma. Por esa misma razón, cuidando de su aspecto, Minhyuk había dejado de comer en la cafetería con él y además pasaba una parte de la noche en el gimnasio, una vez había acabado sus actividades diarias. Sin embargo, de vez en cuando, visitaba al menor y pasaban juntos el rato jugando videojuegos.

Con las semanas, Minhyuk fue trasladado a un dormitorio distinto, por lo que habían dejado de verse por las noches. Estaba demasiado ocupado con las grabaciones de su video, sesiones de fotos y demás pendientes, que Changkyun no daba crédito a lo que sus ojos vieron la siguiente vez que se encontraron en la agencia. Minhyuk había cambiado; aunque su contextura natural seguía siendo delgada, los músculos de sus brazos lucían más tonificados y por alguna razón, el menor sospechaba que debajo de esa camiseta azul marino se escondían unos abdominales. Los rasgos del rostro de Lee aún eran finos, pero ciertas regiones como su quijada, su cuello y sus pómulos destacaban más debido a su cambio de alimentación. Seguía siendo hermoso, pero de alguna manera, Changkyun sintió sus rodillas flaquear un segundo cuando éste le sonrió antes de abrazarle con cariño.

-Debes estar muy ocupado con tu debut, hyung –le dijo el menor luego de saludarle con una sonrisa tímida.

-Algo, pero eso no es excusa para que me tengas olvidado –formó un puchero en sus labios y entonces Im se percató de que no importaba cuánto cambiase físicamente, Lee Minhyuk seguiría siendo Lee Minhyuk.

-Lo siento. Los entrenamientos se han puesto un poco difíciles –suspiró apesadumbrado –es extraño no verte en los dormitorios.

-Me extrañas, ¿no? –Minhyuk no pudo evitar que su sonrisa se ampliase, apachurrando los cachetes del menos – ¿sí, Kyunnie? ¿Extrañaste a tu hyung favorito?

El chico sólo se soltó entre risas –no soy un niño –dijo con tono infantil. Esa tarde ambos pasaron el rato juntos en la habitación del mayor, hablando de todo y nada: los pendientes para el debut del mayor, un libro que Changkyun había leído recientemente, el asqueroso menú nuevo de la cafetería y otras trivialidades más.

Minhyuk sentía su corazón cálido de ver nuevamente a su amigo, le extrañaba con frecuencia y aunque después de no verlo mucho tiempo –en su propia opinión –, estaba feliz de notar que el muchacho había crecido. Le llenó de orgullo escuchar el progreso que había tenido en sus entrenamientos y lo alentaba a seguir adelante.

-Cuando logre debutar, seremos competencia, hyung –comentó estando tirado en la cama, con las piernas subidas en la pared.

-Cuando logres debutar, tendrás que bañarte. Espero que seas consciente de eso, niño emo.

Ambos reventaron en risas mientras Changkyun le aventaba una almohada al mayor, diciendo que él era otaku de los que se bañan. Entonces Minhyuk tomó el proyectil para pegarle con éste de vuelta y, tomando Im otro, comenzaron a pelearse hasta tumbar el peluche más grande con forma de ballena que el mayor tenía sobre su cama.