I Only Want Love (Solo Quiero Que Me Ames) Gianluca Ginoble Y Tu

Capítulo 25

No podía creer lo que estaba viendo, ahora era parte de la nueva escuadra de porristas del colegio, se sentía como una broma muy pesada el ver mi nombre entre las líneas de nuevo ingreso pero a la vez quise reír al ver la posición asignada, primera división, Eva estaría retorciéndose de la rabia al ver que una novata estaría una división por encima de ella, bueno, eso le enseñaría a no meterse conmigo, ni con lo mío. Más tarde pasaría por el gimnasio para retirar mi uniforme, tal como decía en la planilla frente a mí.

Gianluca estaría encantado, su tonto fetiche por las animadoras.

Cuando audicioné, no esperaba que me fueran a llamar, mucho menos a colocarme en primera división, en este momento lo menos que quería era otra responsabilidad, acababa de enviar una carta de solicitud para la universidad de Artes y Nuevas Expresiones de Roma, necesitaba enfocarme en una pieza de baile y perfeccionarla si me daban la oportunidad de audicionar, Las animadoras nunca fueron lo mío, si me hubiesen gustado, lo hubiese hecho hace mucho no a estas alturas del año escolar y de mi vida, solo me deje llevar por ese deseo de venganza, contra Ema, si, sí, se que no se llama así, pero por alguna razón se me es muy díficil recordar su estúpido nombre solo se que comienza por E.

Fui directo al salón de clases para la primera hora, y sonreí al encontrarme a Haile en los puestos de adelante, la saludé y me senté en su mesa.

-Hola Cheerleader -Soltó la pelirroja con mucha sorna en su voz, volteé mis ojos ante su comentario y reí con ella.

-No pensé que sucedería, lo juro -comencé a reir-  esto es culpa de Gianluca

-Y tu que le haces caso amiga -su cara ahora estaba tan roja como su cabello por la risa- Ahora, tendré que soportar más juegos tontos, ya era suficiente con tener que ir a los de Gian -Soltó frustrada, a Haile en serio le incomodaban los sitios sociales.

-No tienes que ir -me encogí de homros- Ya buscaré alguna excusa para salir de esto -cerré mis ojos un momento- No me veo haciendo porras y exhibiendo mi cuerpo, solo haré sufrir un poco más Helga

-Yo abría optado por los gusanos - comentó, riendo- hubiese tenido que asistir a un psiquiatra luego de eso.

-Señorita Lorenzetto, las mesas no se hicieron para sentarse -la profesora de historia, entró al aula con su perfecta vibra de odiosidad matutina, me bajé del escritorio y me fui a sentar en mi puesto en la parte de atrás, el timbre aún no había sonado así que no era extraño que Gian aún no estuviese por aquí, aunque últimamente siempre estaba con el Entrenador, me preocupaba que él aún no me hubiese contado nada sobre los reclutamientos, me dolía saber que tal vez no confiaba en mi para decirme.

Las últimas semanas habíamos estado más unidos que nunca, no solo esa conexión carnal que compartiamos, sino más cómodos el uno con el otro, era tan natural estar a su alrededor, me sentía muy a gusto junto a el, era más fácil hablar de todo, había estado junto a mí en cada palabra que escribí en mi carta de solicitud, estaba muy apegada a el, y no estaba bien.

Descubrí que lo que comenzó como un jueguito, estaba colando en mi, jamás pensé que el estúpido cliché de enamorarte de tu mejor amigo me fuera a pasar a mí, de hecho todavía no lo creo, aún no estoy enamorada de ese ser tan perfecto que conozco de años atrás, mordí mis labios imaginando que pasaría si la vida fuese egoísta y el destino caprichoso, y nos junta para siempre.

Presioné más fuerte mi labio al imaginarme un copia pequeñita de Gianluca jugando béisbol con su papá,  ojos mieles, cabello cobrizo y rizado, con un amor creciente hacia el mismo deporte, esfumé ese lindo sueño cuando recordé que solamente era su mejor amiga, y que no debía ilusionarme con una historia de amor, entre el y yo, no iba a pasar nada. No me podía permitir enamorarme de mi Mejor amigo, eso sería perderlo .