nuevamente

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-Que?-lo mire fijamente,

-Si, vamos a la playa- respondió sujetando con fuerza mis manos
-¿Estás bromeando verdad?-expliqué aún sin creer lo que me decía- yo no puedo hacer eso

-Y quien dice que no puedes?-me miró  con expectativa

En ese momento me sentí como pez fuera del agua, abrí mi boca para decir algo, algo que no me vino a la.mente y la cerré nuevamente, era cierto... ¿Por qué no podía? A mi me encantaba viajar de sorpresa con Isabela siempre era así, pero esta vez no se trataba de Isabela, se trataba de el.

-Pero yo no...
-Liah, no lo pienses mucho, lo necesitas solo serán tres días, aunque no lo creas también necesito de esos tres días-comentó- en esta ciudad me estoy ahogando-suspiro, y aunque supe que decía la verdad, también sabía que aquello último no planeó decirlo.

Dejándome aún más sin palabras solo lo observé, ¿Estaba hablando en serio?

-No te preocupes por nada, lo tengo todo cubierto-dijo entusiasmado

Y aún sin poder creer lo que mis oídos escuchaban porque ¿Así de loco era este hombre? Tampoco daba de de lo que estaba por decir.

¿A dónde me llevarás?

-Es una sorpresa-dijo sonriendo abiertamente, que linda era su sonrisa.

Su entusiasmo me llegaba, y me hacía estarlo también, aún cuando pudiera sentir todo mi cuerpo resquebraja porque el agotamiento, y mi mente por el estrés.
H
Isabela llegó poco después con mi alta, me encaminó con mucho pesar al cuarto de baño a cambiar mi bata de hospital por la única ropa que tenía disponible, mi pillama con la que asumo me habían sacado de casa. No lo iva negar esto vergonzoso, salir en pillamas, pero habían cosas peores así que no le tome mucha importancia, cuando salí del baño me encontré con Isabela y Alexander hablando tan bajo que no les pide escuchar, al notar mi presencia callaron, y su atención fue hacía mi. Haciendome sentir una presa en medio de un bosque.

Oh.. Oh... algo ocurría.

-Que ocurre?-pregunte mirándole a ambos con cara de circunstancias.

ISABELA le miró con incomodidad, pude verlo, suspiro y negó con la cabeza.
Alexander como si me leyera el pensamiento se quitó su abrigo y me ayudó a ponérselo en silencio, al menos no saldría de ese lugar en pijamas,solo me faltaban unas botas de felpa.

Isabela se acercó a mi tomándome de los hombros.

-Iría contigo a casa, pero no puedo saltarme esta Guardia, por favor sigue al pie las recetas médicas, es importante.

Las recetas médicas, no había escuchado una sola palabra acerca de eso.

-Alexander, si las escucho, el sabrá hacerte lo saber me miró fijamente- cuidate mucho me dijo abrazando y susurrando a mi oído dijo- creo que lo que harás es una locura ahora, pero me encanta-oh... se lo había dicho.

Me separa de ella y asentó sin saber que decirle. Solo le sonreí, nerviosa.

Me marché de aquel lugar, destruida físicamente junto a Loise y Alexander .
En su auto que estaba impregnado a su olor y me encantaba, me quedé dormida estaba agotada.
Al abrir mis ojos, era porque un Alexander atareado intentaba despertarme. Baje del auto con ayuda de Loise y Alexander.
En silencio entre en mi apartamento.

-Estarás bien-preguntó mirando de reojo a una Loise alejándose

-Si-respondí

-Alguien me ha dicho que prefieres viajar de noche-comentó sonriendo

Solo asentó aún cansada.

Pasaré a buscarte a las 9 de acuerdo- me miró- descansa lo que puedas

Asenti, mareada.
-Se que lo único que piensas es en descansar, pero te prometo que eso harás-tomó mi mano con suavidad.

-Te esperaré-dije

Beso mi mejilla y salió por la puerta.
Como pude, tamboleandome, me dirigí a mi habitación seguida de Loise.

-Liah-escuche a Loise hablar - Te encuentras bien-preguntó una vez me senté en mi cama

-Si -le sonreí para tranquilizarse- no te preocupes-podrías ayudarme a empacar para tres días por favor -le pedí-

Me miró sorprendida.

-Mi niña vas a viajar-preguntó con voz suave

-Si lo haré-le mire esperando que me entienda- Lo necesito Loise-dije sintiendo dolor en mi garganta.

Su calma me descompuso, pero me quedé quieta esperando su respuesta. Sabía que se preocupaba por mi, y la quería mucho por ello. Posó sus manos en jarras analizando lo que.le había dicho, suspiro pensativa y posteriormente asintió, eso se había sentido como en cámara lenta, o quizá era yo.

-Bien-asintió una vez más resignada- que quieres que empaque-preguntó sintiéndome más que resignada.

Eso me alegró y procedí a decirle lo que quería que empacar junto a ella en el vestidor.

4 horas después de haber empacado darme una ducha que me revivió pero no me hizo sentir menos cansada. Me tumbe en la cama vestida ya con un mono y una chaqueta vinotinto.

LiahWhere stories live. Discover now