Se notaba su rostro más oscuro por cada noche y día en el que había llorado hasta tener el rostro hinchado.Se notaba la mirada mas cansada. Mas exhausta.
Con más sufrimiento, estrés, ansiedad, dolor, tristeza, y odio.
Y mientras sonreía o lloraba, su interior se pudría más y más.
Un rostro, corazón, cuerpo, cerebro y emociones gastadas.
Destruida.
Llena de dudas consigo misma y hacia los demás.
Con su confianza destruida, un sentimiento roto y un corazón con falta de amor.
Obsesionada.
Ya no quería vivir. Harta de todo, sin ganas de seguir adelante, queriendo descansar y anhelando un final.
Un final de todo.
Y llegar a él de una vez por todas.
Ya no quería ayuda.
Ya no quería felicidad.
Porque se dió cuenta de que se había casado con el dolor y el sufrimiento,
tenido de amante a la hipocresía y las mentiras,
Ido de mano con las dudas,
tenido como mejor amiga la obsesión,
se había enamorado de la muerte,
y había firmado un pacto con el odio.
Algún tipo raro de poliamor-odio.
Una mierda, sin duda alguna.