Night Conversations

Rota

Puedo ver el momento exacto en el que sus grietas se abren y todo él se rompe en mil pedazos de manera irreversible. En cuanto pone un pie encima del barandal del puente, sé que ya no hay vuelta atrás para él, ya no hay nada que puede repararlo.

Me acerco caminando tranquiamente, mientras él acaba de ponerse de pie ¿Por qué? No lo sé, tal vez por curiosidad o tal vez por un simple impulso.

- ¿Por qué lo haces?

El hombre gira su cara hacia mí. En sus ojos tan solo veo desesperación y lo que podría ser un deje de tristeza.

- ¿Por qué no lo haces tú?

Por un momento me quedo perpleja, pero al final reacciono.

- Porque no tengo ningún motivo para hacerlo.

- Entonces ahí tienes tu respuesta -dice esbozando una débil sonrisa.

Lo miro confundida, pero antes de que pueda decir nada él continua.

- Yo tampoco tengo motivos, y esa es la cuestión. Cuando te quedas sin motivos por los que no hacerlo, cuando intentas buscarlos y no los encuentras, te das cuenta de que es debido a que no tienes nada. Entonces empiezas a encontrarlos, a ver, que en realidad si los tienes, solo que no para hacer lo "correcto".

Se hace un breve silencio, un silencio lleno de tristeza y recuerdos perdidos.

- Así que dime ¿En dónde están tus motivos?

No reacciono, ni cuando el hombre da un paso adelante, ni cuando lo veo caer en picado, ni tampoco cuando oigo su cuerpo estampandose contra el agua. Tan solo me quedo pensando en lo que dijo.

Mis motivos...

¿Mi família? Ya no está

¿Mis amigos? Nunca tube

¿Mi trabajo? Un asco

¿Mis sueños? Hace tiempo que dejé de tenerlos

Después de pensarlo un rato, lo entiendo, entiendo que el hombre tenía razón, porque yo no tengo motivos, y ese es el problema.

Y puedo jurar que oigo el momento en qué, al igual que ese hombre, algo se rompe dentro de mí, de manera irreparable, cuando me subo al barandal y doy un paso, un paso hacia mi libertad, hacía la respuesta que llevaba tanto tiempo buscando.

Yo ya estaba rota.