Es un hecho bien conocido que una vez que suena la campana la clase se ha acabado. No importa lo que haga el profesor - siga hablando, se pare frente a la puerta, saque el viejo sermón "la campana no los permite marcharse, yo sí" - se acabó. Los estudiantes ya han abandonado mentalmente la clase, ya están en sus planes para esa noche y la chica a la que quieren invitar a salir y que tendrán para la cena. No hay una sola cosa que puedas decir o hacer para obligar a los estudiantes de secundaria a quedarse una vez que la campana suena.
El profesor de historia de Eddie tenía que saber eso, pero ciertamente no lo detuvo de intentarlo.
"La lectura para esta noche es de la setenta y tres a la ochenta y cinco en el libro de texto, no olviden tomar notas para el cuestionario del viernes, y terminar sus fichas con notas".
Cada palabra más fuerte, un desesperado e inútil intento de superar el sonido de veintitantos adolescentes abrochando sus bolsas, el chirrido de sus sillas contra el piso, y dirigiéndose a la puerta, hablando todo el tiempo. El zumbido de la campana cortó el inicio de su oración también, señalando el escape por la puerta del salón. Después de todo, el estudiante promedio no era exactamente conocido por mantenerse sentados y escuchar educadamente a su profesor después de sonar la campana.
Ahí estaban, como sea, algunas excepciones, y Eddie Kaspbrak era una de ellas.
A pesar de la prisa de sus compañeros que se dirigían a la puerta, Eddie aún estaba en su escritorio, garabateando en su agenda. No era realmente que tenía en mente el quedarse hasta que el profesor terminara, o que él fuera un estudiante excepcionalmente respetuoso, o incluso que estaba particularmente interesado en la historia. Él solo no quería perderse ninguna de las tareas, así que, por un millón de razones nerviosas que iban desde el miedo a simplemente olvidar una tarea hasta de alguna manera terminar en prisión después de reprobar en la escuela y unirse a la mafia, Eddie escribía sus tareas todos los días.
Usualmente eso no lo detenía de estar entre los chicos que se levantaban para irse tan pronto como sonara la campana, pero cuando sus profesores llegaban tarde - bueno, Eddie no tenía exactamente otra opción que quedarse por esos momentos extra a garabatear las tareas tal como ahora.
Él añadió que las tarjetas eran para el viernes y lo subrayó, una vez y otra vez.
O lo habría hecho si su planificador no hubiera sido agarrado del escritorio.
"¡Vamos, Eds! La campana sonó, buen señor, somos libres - ¡libres, ya dije!"
Eddie rodó los ojos ante la siempre-terrible voz de británico elegante de Richie.
"Sí, lo sé, imbécil," contestó. Hizo clic en su bolígrafo y se inclinó para pegarlo en el bolsillo al costado de su mochila, negándose a darle la satisfacción a Richie de mirarlo. Era su manera silenciosa de lanzar la indirecta a Richie sobre su planificador de regreso: si no lo miraba, no daba la respuesta que Richie quería (que era una respuesta en absoluto), arruinaba la parte. Eddie sabía cómo funcionaba eso - era un baile que Richie y él hacían seguido, y desde que eran niños. Richie bromeaba, Eddie lanzaba algo de regreso, o no hacía nada, lo cual era algunas veces igual de efectivo.
"Dame". Entonó, tendiéndole una mano a su planificador y aún sin mirar a Richie.
Sintió una oleada de satisfacción cuando, después de un momento, sintió el plástico de su planeador chocar contra su mano.
"Gracias," dijo amigablemente, finalmente mirando a Richie con una sonrisa en los dientes.
Sabía lo que iba a ver antes de siquiera mirar hacia arriba, y ahí estaba: Richie,con las manos metidas en los bolsillos, la cara arrugada con esa mirada particular que tenía cada vez que Eddie no seguía su broma. No era ira, ni mucho menos, ya que le gustaba su baile metafórico tanto como a Eddie. Era más como un cariño escondido detrás de la molestia, el rostro de alguien que finge estar exasperado cuando realmente todo era parte del chiste. Sólo estuvo allí por un breve momento y luego desapareció, reemplazado a su vez por la propia sonrisa de Richie.

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Vamos, Vamos [Reddie]
Fanfiction"Hey, Eddie, pon algo de música, ¿Quieres?" Cuándo Richie le pide a Eddie que ponga algo de música en el carro ese día después de clases, Eddie no piensa mucho sobre eso. Es una petición familiar; él sabe el código de acceso del teléfono de Richie...