prólogo

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Catalina jugaba con sus hijos había pasado tres años que nacieron y cada vez eran parecidos a su padre, ella suspiro y en ese momento su marido había llegado del trabajo, rápidamente fue atenderlo tenía que hablar de unas cosas además de que necesitaba dinero para pagar algunas cosas que necesitaba, aun no quería pedirle prestado dinero a su marido, debido a las deudas que se le estaban presentando y además de su mala cara en el momento de hablar, le causaba cierto miedo verlo a los ojos, pero a lo mejor era lo que necesitaba, aunque negó aquello no le iba a pedir nada de dinero tampoco quería ser una mujer que solo quería el dinero, no eso tampoco quería pero si necesitaba, además no quería que luego su esposo le gritara que era una mantenida cuando a lo largo de esos años solo cuido de sus hijos y trabajo a pesar de todo, pero luego Erick tomo la decisión de que ya dejara de hacerlo y catalina no quería hacerlo, ella estaba dispuesta a continuar con su trabajo porque sabía que luego su marido la dejaría si algo pasara era como una garantía que ella tenía, su mirada estaba puesta en él tenía miedo a su reacción y debía mantener prudencia debía tener una distancia.

- ¿Cómo te fue? - pregunto catalina algo nerviosa

- ¿Qué quieres? - dijo seriamente

-Me preguntaba si te puedes quedar un rato con los niños - dijo ella temblorosa aun con miedo que le tenía a su esposo

-de acuerdo me quedo con ellos, ¿A dónde vas? - le pregunto

-necesito una urgencia que hacer, quiero decir necesitó hacer una vuelta - dijo Catalina- tratare de no demorarme

-y ¿Por qué no lo hiciste en la mañana? No entiendo porque esperas a que yo llegue - dijo con molestia - es que tu ni siquiera piensas, ¿pretendes que te arregle todo? - le respondió en un tono serio

-En la mañana estaba ocupada y se me paso- dijo ella - lo siento no ocurrirá- se disculpo

-pudiste dejarlos con la servidumbre ¿acaso tengo que repetirlo? Ni para eso sirves - dijo Erick con cierta molestia - agradece que no te hago nada- dijo Erick con cierto tono

-si pero quiero que te quedes con ellos, eres el padre - le respondió - lo siento si te incómodo

-mmm de acuerdo y espero que no llegues tarde enviare a nathan que te lleve- dijo el

-No es necesario-negó rápidamente -puedo tomar un taxi para venirme

-está bien si tú lo dices

-ahora si me voy

Catalina se fue de la casa algo asustada pero con la tranquilidad de que todo se iba a normalizar.

Por un lado Erick miraba la escena de ver como su esposa iba saliendo de casa le estaba pidiendo a su asistente que la siguiera, es que su desconfianza era más de lo que esperaba tenía claro que ella estaba ocultando algo y solo quería saberlo, se molestó, eso lo hacía desde que se casaron no confiaba plenamente en ella y a pesar de que esta le dijo que era la madre de sus hijos al principio no quería creer pero luego de las pruebas ya no tenía más opción.

-Manuel ¿mi esposa que hizo esta mañana? - le pregunto algo dudoso

-señor su esposa estuvo toda la mañana con los niños, aunque temprano en la mañana recibió una llamada-explicó- estuvo haciendo unos quehaceres pero si le confieso que estuvo cuidándolos

- ¿Qué más sabes de ella? - dijo Erick

-me entere que hace dos años la madre de catalina volvió aparecer y se dice que está bastante enferma- dijo Manuel - algo así entendí

-ya veo

-señor me parece que ya es momento de dejar a la señorita en paz- sugirió

-te aviso que no

Casada Por ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora