↺彡 ۪۫❁ཻུ۪۪⸙ ᴅᴜᴄᴋᴛᴀʟᴇs ✧ ᴏɴᴇ sʜᴏʀᴛs ❞

El fín de cambiar

El espejo es una cosa rara que te refleja en aspecto físico, Huebert sabe muy bien de que esta hecho y como funciona para dar la imagen de uno, pero... La silueta que aparecía en frente suyo no le gustaba, o más bien le resultaba extraña, sus rasgos estaban cambiando y tenía un aire de madurez nuevo.

Digamos que su voz tampoco le ayudaba, a veces era muy aspera y otras más dulce que el néctar, produciendole una crísis de identidad al pobre chico, es decir, a veces sonaba como un conquistador en toda regla y otras como un inocente niño. Él antes estaba seguro que era lo segundo pero últimamente eso estaba puesto en duda...

Se negaba a aceptar que ya no era inocente o un niño ¡Por supuesto que lo era! Sus inseguridades solo estaban ahí con el propósito de confundirlo y hacerle pensar lo contrario, él no era un galante como Louie o un encanto como Dewey, estaba bien a su manera y se sentía bien siendo él mismo. Sin embargo, empezaba a pensar que las actitudes de sus hermanos se le habían pegado inevitablemente.

¿Qué otra explicación habría a sus nuevos íntereses? El paso de niño a joven podría ser una, pero el patito prefería darle la culpa a sus hermanos, despúes de todo por muy fuerte que fuera la transición de etapa no se esperaba una variante tan drastica en él y sus actitudes, por ejemplo:

Dewey siempre había sido muy extrovertido, era parte de su personalidad serlo y ya con los años lo había dejado en cierto modo, ya no era el remolino que era cuando niño pero de vez en cuando ocasionaba uno que otro lío, más bien a sus quince años era callado y tranquilo cuando estaba al lado de Webbigail, como si la muchacha fuese un interruptor de apaga y prende. Por eso, le había culpado de dejarle a él su antigo anímo, ahora Huey era quien quiera o no armaba murmullos y era una chispa andante porque había descubierto lo divertido que era no seguir las reglas de vez en cuando. Claro, támbien fue cortesía de Webbigail enseñarselo.

Louie, por otro lado era él que menos se había transformado, siempre fue de solo decir lo necesario talvés por la pereza que da abrir el pico, su actitud engañosa y astuta perduraba pero ahora en cierta manera se había vuelto más benevolente, la genuinidad de su sonrisa se hiso más constante y tenía un aire de imperturbalidad suave, demostraba sus emociones más a menudo y de vez en cuando era muy amable.

Por supuesto, el coqueteo era parte de sí, aunque él no lo quisiera—cosa que si quería—su porte y actitudes eran galantes y imposibles de ocultar ¿Cómo pasaría desapercibido un joven apuesto que se paseaba como si tuviera corona en vez de cabeza? La seguridad de Louie siempre fue envidiable, pero con el tiempo había pasado de ser solo una fachada a una realidad,claro que había tenido que pasar algunas cosas para dejar su capa de inseguridades y dudas, pero su hermanito se las apaño bien despúes de hacerle sufrir por ver al pato de ropas verdes tan triste y apagado. ¿Qué le culpaba a él? Pues sus mañas, tanto tiempo hablando con Louie había causado que Huey tambien aprendiera a usar de vez en cuando algunas de sus tácticas, esta claro que solo en problemas que lo requieran pero no quitaba que para el de gorra resultara sentiendose sucio.

Por su parte, Huey empezo a ser menos estricto y más astuto—cortesía de sus hermanos—pero culpaba a la nieta de Beakley por el mayor de sus males ¡Juraba—aunque no fuera creyente—que esa niña le había embrujado!

Antes a Huebert le daban igual los demás, niños y niñas, los niños eran muy revoltosos contrarios a su personalidad tranquila y las niñas, pues no tenía nada contra ellas pero no le importaban a menos de que fueran destacables en algo, por eso apreciaba a Violet quien era una buena compañera de lectura y no veía nada más de ella que su grata compañia.

Más, actualmente había notado lo bonita que era, si, había admitido que las chicas son lindas, como dijo había notado muchos cambios en él y uno de ellos era su falta de indiferencia por las  chicas, lo que era un problema... Violet era muy bonita y tenía un plumaje sumamente suave adémas de ojos adorables que le hacian sentir comódo con ella, no obstante se llegaba a sentirse amenazado cuando su distancia con él era de milimetros lo que a veces le hacía sonrojarse.