Capítulo 1

14.9K 688 10
                                    

Tras haber aceptado la flor de Paul, este se ha ido al bosque, dejándome viendo la lluvia hasta que mi hermano ha llegado y ha chasqueado los dedos frente a mis ojos.

—¡Aurora! —Exclama Ian divertido por mi expresión, ruedo los ojos y vuelvo a la caja, esperando a nuevos clientes, aunque pocos vienen cuando está lloviendo. —¿Y esa flor? ¿Es que acaso tienes un admirador secreto?

—Bueno, secreto no es. —Respondo divertida y le cuento lo que ha pasado apenas unos quince minutos. —No sé, me ha parecido lindo.

—Y raro, no te olvides raro. —Dice Ian y se sienta a mi lado tras la caja. Observo sus ojos verdes idénticos a los míos y me sorprende ver lo bien que se toma este tema, nunca ha sido sobreprotector, y es una cosa que me encanta. Somos gemelos, aunque él se ha llevado la altura y el músculo. Hemos crecido juntos y siempre nos hemos contado todo.

—No es raro. —Digo divertida y golpeo con mi hombro el suyo de forma juguetona, Ian se ríe y murmura algo que no entiendo, pero suele pasar. —Pero Paul es guapo.

—Eso sí, es un dios griego y moreno. —Dice Ian y no puedo evitar reírme cuando dice cosas así. Suena el timbre de la puerta y nos ponemos más profesionales, viendo como entra Seth Clearwater y su madre, codeo divertida a Ian y este se sonroja y corre al almacén.

—Aurora, preciosa. —Me saluda Sue con una sonrisa. —¿Y tu padre y tu hermano?

—Mi padre ha ido a por un pedido a Seattle. —Respondo al sacar el pedido de Sue que siempre tiene encargado. —Y mi hermano está en el almacén.

—Tu hermano es un buen muchacho, se merece una buena chica. —Comenta Sue y guarda en sus bolsas de tela la compra, me da un billete de veinte y sonrío comprometida. No, por ahí no van los tiros con mi hermano, Sue.

—Aquí tienes tu cambio. —Digo con una sonrisa y me despido de la mano con Seth, quien mira con ojos de cachorro unas chuches, ruedo los ojos y se los regalo. —De parte de mi hermano.

—Gracias. —Dice con una sonrisa antes de seguir a su madre fuera.

El día pasa sin mucha faena, y cuando llegamos a casa, me encuentro sobre mi cama un peluche de un lobo gris bastante bonito con una nota a su lado.

"Para la dueña de mi corazón".

Quileute's life [Paul Lahote]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora