Capítulo 13

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Sigo sobre el hombro de Paul mientras este golpea mi trasero de vez en cuando, haciendo que me ría cuando lo hace, ya que escucho a la gente mayor de la Reserva ahogando un gemido horrorizado.

—Paul, ¿a dónde vamos? —Pregunto entre gritos, ya que dudo que pueda oírme si tengo su duro trasero frente a mi cara.

—Vamos a mi casa, nena. —Responde y vuelve a palmear mi trasero, llegamos a su casa y escucho como abre la puerta, pasando directo hacia su cuarto, donde me deja tirada en su cama y se lanza sobre mí —Y, oficialmente se inicia tu secuestro.

Sonrío divertida y dejo que Paul comience a besarme de forma dulce, pero haciendo que nuestras lenguas tengan una pelea por ver quien domina a quien, haciendo que yo pierda, pues Paul comienza a acariciar mis piernas sobre mis vaqueros.

Paul desabrocha el botón de mis vaqueros y se arrodilla para quitármelo, luego acaricia mis muslos y me quita la camiseta, dejándome en ropa interior frente a él, pero no me avergüenzo, nos hago dar la vuelta y me siento sobre su duro estómago, agarrando sus manos y dejando que se entrelacen.

Paul tira de nuestras manos unidas y hace que nuestros rostros se junten besándonos de nuevo, esta vez de forma más dulce, sin importarme estar en ropa interior sobre él. Si quiero hacerlo con él, simplemente tengo que seguir adelante, pero parece que Paul no tiene prisa, pues deja que me vuelva a sentar sobre él.

—No sabes lo suertudo que soy al tenerte conmigo, nena. —Dice Paul mirándome con una enorme sonrisa que decae un poco —No puedo dejar que te vayas o que te alejes de mí.

—No puedo hacer nada, mi padre no nos escucha. Ian y yo hemos intentado hablar varias veces, pero se niega a escucharnos, diciendo que lo hace por nosotros —Digo bajando hasta su pecho y quedándome sobre él, mi oído sobre su pecho para escuchar su corazón latiendo rápidamente —No sé por qué, pero pese a conocerte de hace poco tiempo, es como si llevásemos juntos toda la vida.

—Te entiendo, nena. Pero yo me encargaré de que no te alejes de mí. —Dice Paul acariciando mi espalda y dejándome dormir sobre él. Y cuando piensa que estoy profundamente dormida, lo escucho murmurar —Ahora eres mi vida, por eso te amo.

Quileute's life [Paul Lahote]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora