Adiós plan de sábado

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  El viernes, mientras preparaban todo para irse, se me ocurrió que el mejor día sería el sábado. Ya que seguramente me llamarían ésta misma noche para saber cómo me encontraría. Sobre todo estando en la casa de mis abuelos. Sin embargo, el sábado estarían con mis tíos y de seguro se distraerían hasta muy tarde. Pero antes de irse, mientras nos despedimos, me dieron la peor noticia posible.

Padre: Cariño, con tu madre tomamos la decisión de conseguir a un niñero para cuidarte, no queremos que le pase nada malo ni a tí ni a la casa.

-Yo: ¿¡Qué!? -no podía creerlo, ni que fuera una niña. Una chica de 17 años, 18 en menos de un mes, con un niñero. Si mis amigas se enteran moriría de vergüenza- No pueden dejarme con un niñero, no soy una niña.

Madre: Pero, linda, no queremos que te pase nada malo. Tendrás un niñero y se acabó la discusión.

Mi padre me mira apenado y me hace una mueca infantil diciendo "es la que manda". Ambos salen por la puerta junto con la única esperanza que tenía para este fin de semana.

Yo: Bueno... tendré que encerrarme en mi cuarto hasta que esto se pase, me llevaré comida, agua, el internet, la computadora y...

Tocan el timbre, desde la puerta miro el reloj de la sala: 10:30. Esperando lo peor abro la puerta, y si, allí estaba el susodicho niñero.

Niñero: ¿Qué tal? Tú debes ser...

Yo: Si si, pasa. -Digo interrumpiendo sus palabras-.

Niñero: -Con una sonrisa muy confiada entra en la casa, le hecha un ojo desde allí, parecía que le gustaba como se veía, ya que su expresión no cambió-.

Yo: Bueno, estaré en mi cuarto, si me necesitas no me llames. -Dije mientras me iba a mí cuarto-

Niñero: Ehh... está bien, ¿Hay alguna comida que sea tu favorita?

Yo: Tranquilidad con salsa de soledad y ensalada de no me molestes. -Mientras subía las escaleras digo en voz baja- Espaguetis.

Niñero: -Él sonríe de forma leve ante mi forma tan infantil de actuar. Se dirige a la cocina y planeaba ver si era posible cocinar el menú seleccionado por mi-.

  Mientras subía me di cuenta que no había preguntado su nombre, ni siquiera me había fijado en su apariencia, e incluso no le había dejado de terminar de decir que era lo que él hacía en mi casa. Me decidí a bajar nuevamente las escaleras y hablar con él un poco para cerciorarme de que era verdaderamente mi niñero o había dejado entrar un extraño a mi casa.
Al entrar en la cocina veo que estaban los ingredientes sobre la mesa, él estaba de espaldas buscando algo en el placar, así que aproveché para ver la calidad de su retaguardia que no era la gran cosa, muy normal, 1,80, hombros anchos... se da vuelta y me ve en la cocina.

Niñero: Creí que te encerrarías en tú cuarto. -Dijo con una sonrisa burlona y un poco creída-

Yo: Si, pero no voy a dejar que robes toda mi casa, ¿o sí?

Niñero: -Él se ríe y sigue con lo suyo-

Yo: Por cierto... ¿Cuál es tu nombre?.

Niñero: ¿Y para qué quieres saber eso?.

Yo: Pues~ estaremos 4 días solos, al menos tu nombre debo saber.

Niñero: Mi nombre es Víctor Castiglioni.

Yo: Debes hacer buenas pastas entonces.

Victor: -Se ríe, aunque parece que algo forzado- Graciosamente así es, o al menos eso creo, no podré estar seguro de ello hasta que lo pruebe una comensal profesional, como lo eres tú, imagino.

Yo: Así es. Soy una profesional.

  Ambos sonreímos. ¿Qué hago riendo y hablando con este tipo? Se supone que debería estar furiosa por ésta situación.
Se marca un silencio un poco tenso. La verdad era más atractivo de lo que me parecío en un inicio. El porte del rostro era muy originario del norte de Italia, en la frontera Alpina, donde los hombres se hacen rudos por el clima bajo y fuertes condiciones de la Cordillera, a pesar de ello su cabello era de un rubio muy fuerte, casi parecía teñido, unos ojos verdes y unos labios rojizos. Sus manos no parecían dañadas, así que a juzgar por mi investigación en este silencio incómodo, puedo decir que:
Es de origen italiano (obviamente). Es muy atractivo (bastante diría yo). Sabe cocinar (no se puede dejar de lado algo tan importante). Tiene un buen sentido del humor (o eso parece).
Y tiene unos labios muy tentadores. En resumen, este tipo me gusta.

El niñeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora