(E-2) Mañana será otro día

8.2K 129 14
                                    

Llego a mi cuarto y reviso el celular, nada para destacar, mis padres me mandaron saludos de parientes, que estaban bien, respondí igual, que la había pasado bien, nada importante.
Me acosté y seguí con las tareas que había retrasado, aunque no tardé en retrasarlas aún más para prepárame de cenar. En fin, el día siguió como si él no estuviera allí.
Al despertarme el día siguiente, ya sábado, aproximadamente a las 9hs de la mañana, pudo oler desde mi cuarto algo espectacular desde la cocina, me levanto, me aseo, y voy a la cocina. Allí estaba Víctor cocinando unos waffles, se veían deliciosos.

Yo: Buenos días Víctor, se ve que eres madrugador.

Víctor: Si pude despertarme para venir caminando hasta aquí puedo despertarme para prepararte un buen desayuno.

Yo: ¿Al menos puedo ayudarte? -En este instante sentí que podría vivir toda la vida así-

Víctor: Claro, en realidad ya casi termino, pero puedes preparar algo de tomar si deseas.

Yo: (¿Por qué no me tomas de la cintura y me pones sobre la mesa?) Claro, ¿Qué tomas tu?

Víctor: Un~ café, simple, dos de azúcar. Soy bastante común.

Yo: (¿Y tu dices ser común?) Lo mismo que yo.

Empiezo a preparar los cafés mientras charlamos, hablamos de nuestras familias, le conté cuáles eran mis planes antes de saber que él estaría conmigo.
Verdaderamente me parece extraño o ingenuo de parte de mis padres dejarme sola, por cuatros días, con un chico como éste, es como si me quisieran dar un regalo.
Finalmente desayunamos y empezamos a limpiar todo.

Víctor: ¿Quieres que cocine espaguetis nuevamente?

Yo: Mm la verdad estaba delicioso, pero no creo -le digo con una sonrisa- ¿Cuál es tu comida favorita?

Víctor: Pues, no creo tener una, mejor elige tu.

Yo: ¿Qué tal... pizza?

Víctor: ¿Es porque soy italiano?

Yo: ¡No no! (ya la arruiné)

Víctor: Es broma. -comenzó a reírse de mi, pero no podía enojarme era hermoso verlo reírse-

Yo: -Acabé por reírme de mi propia inocencia, no podía enojarme, verlo con esa hermosa sonrisa era demasiado para mi-

Víctor: Podemos hacer pizza, no hay problema.

Yo: Mejor, pero tendremos que ir a comprar los ingredientes (La excusa perfecta para salir a caminar) no hay problema en eso ¿O si?

Víctor: No creo que tus padres se enteren.

Yo: (¿De qué más mis padres no se enterarán? No puedo esperar a saber) Bien, prepárate, iré a buscar mis cosas.

  Finalmente salimos juntos, y como él no conocía mucho la ciudad paseamos por un rato. Hasta que nos dimos cuenta eran ya casi las 12 del medio día y aún no habíamos comprado nada, así que fuimos lo más rápido posible. Luego de comprar seguimos paseando un poco mientras volvíamos, quedó fascinado con la belleza de la ciudad, aunque para mí ya es algo muy normal.

Al llegar a la casa nos pusimos en marcha enseguida, ya era muy tarde y estábamos que nos comíamos el queso solo. Cocinamos rápido, nos sentamos en la mesa del patio a charlar y almorzar. Cada día que paso con este tipo me encanta más, verdaderamente deseaba que fuera mi pareja, y se lo hubiera pedido en ese mismo instante de no ser que nos conocíamos hace penas un día y medio, me parecía algo indebido, a pesar de que lo deseaba por completo.
Cuando acabamos de almorzar dijimos de salir nuevamente, le había hablado de una parte del parque que estaba llena de flores hermosas y quería verlo él mismo. Dejamos todo en orden en la casa y salimos al parque. Mi oportunidad perfecta.

El niñeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora