II - I (3ª Parte)

86 4 0
                                    

[Música]

Vuelve a entrar ARIEL, invisible.

ARIEL

Mi dueño, gracias a su arte, ha previsto el peligro que vos, amigo suyo, corréis, Y me manda, pues de otro modo fracasaría su proyecto, a salvaros la vida. (Cantando al oído de GONZALO).

En tanto dormía roncando,

ojo alerta la traición

está buscando su instante.

Si os inquietáis por la vida.

sacudid el sueño y andad con cuidado.

¡Desperdad! ¡Despertad!

ANTONIO

Entonces, no perdamos tiempo.

(Desenvaina.)

GONZALO

¡Ahora, ángeles de bondad, defended al rey!

(Se despiertan.)

ALONSO

¡Hola! ¿Qué ocurre? ¿Eh? ¡Desperdad! ¿Por qué habéis desenvainado? ¿Qué significan estas siniestras miradas?

GONZALO

¿Qué sucede?

SEBASTIÁN

Mientras estábamos aquí velando vuestro reposo, hemos escuchado de repente sordos rugidos como de toros o más bien de leones. ¿No os han despertado? Han retumbado en mis oídos de una manera terrible.

ALONSO

No he oído nada.

ANTONIO

¡Oh! Era un alboroto para espantar los oídos de un monstruo, para provocar un temblor de tierra. Seguramente se trataba de todo un rebaño de leones.

ALONSO

¿Los habéis oído vos, Gonzalo?...

GONZALO

Por mi honor, señor, oí un zumbido, y también algo extraño que me despertó. Os sacudí, señor, y grité, y como abriera los ojos, vi sus espaldas al aire... Sentíase ruido, esta es la verdad. Lo mejor es que nos mantengamos en guardia o que abandonemos este sitio. Tiremos de las espadas.

ALONSO

Alejémonos de estos lugares y dediquémonos a la busca de mi pobre hijo.

GONZALO

¡EL Cielo le guarde de estas bestias! Porque seguramente se halla en la isla!

ALONSO

Partamos.

(Sale con los otros.)

ARIEL

Próspero, mi señor, sabrá lo que he hecho. Marcha ahora, rey, con toda seguridad, en busca de tu hijo.

(Sale.)

La Tempestad - William ShakespeareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora