capitulo 15 (editado)

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Mi madre me despierta con su voz dulce. Me ha traído el desayuno a la cama. Me duele la cabeza. No tome tanto. Debe ser por lo del chico. Tengo que preguntarle a Roxie como esta. 

Cuando mi madre sale de la habitación me levanto de un salto y tomo mi portátil y me siento de nuevo en la cama con las piernas cruzadas. Mientras espero que Roxie coja el video llamado, me tomo mi café con leche. Vaya esta rico, y siento el sabor del café y de la leche por separado. 

- Vaya... - Murmuro cuando veo a Roxie. 

- ¡Hola! - Saluda con una sonrisa deslumbrante que deja ver sus nuevos colmillos. 

- Son pequeños - Le digo. 

- Es porque son nuevos. Son como de leche - Se ríe. 

- ¿Y tus ojos? - Pregunto. Anoche no me acorde de verlos. 

- Tengo que usar lentes de contacto hasta que se me asiente el color. 

- Vaya... - No sé que más decir. 

- ¡Son verdes! - Dice en un grito.  

Se saca los lentes de contacto y se los veo. 

- ¡Qué verdes! - Exclamo. 

- Se tienen que asentar. pero cuando muerda serán verdes. 

Luego de eso le cuento cuando la llevamos donde sus padres. Ella no se acuerda de mucho pero si cuando llego a su casa. Estaba hiperventilada. Decía que tenía hambre. Lo bueno es que sus padres tenían una reserva para ella. 

Después de almorzar, les pido a mis padres que me dejen ir a dormir a la casa de Roxie. Ellos se miran entre sí pero, luego de una pausa infinita, asienten. ¡Sí! 

Llamo a Roxie y le comento que puedo pasar la noche en su casa. Ella está contenta y, para mi sorpresa, llega en menos de cinco minutos a mi casa. Bajo corriendo las escaleras y abro la puerta. Ella salta y me abraza 

- ¿Cómo estas colmillos? - pregunta mi madre a Roxie. 

- Vivo hambrienta - dice sobándose el estomago. 

- te traeré algo de mi reserva. 

Mi madre desaparece en la cocina y trae entre manos una botella con algo rojizo. Roxie le da las gracias y, como hace un día hermoso, vamos al patio trasero a sentarnos en los columpios que tengo. 

- ¿Cómo vas? - Le pregunto. 

- ¿con el hambre? Bien. Aun no muerdo a nadie - Se encoje de hombros. 

- A todo esto - paro de columpiarme - ¿Por qué mordiste al pobre chico? 

- Creo que con todo lo que bebí... me desinhibe de todo y sentí... - inspira hondo - su sangre... era como si... sintiera la necesitad me morderlo. Era como si me llamara. 

- Vaya... te dio fuerte - ella asiente - Oye hace tiempo que no presumes a tu noviecito. 

Abre un poco más los ojos y baja la vista a la botella que tiene en las manos. 

- Lo corte - Murmura. 

- ¿Cómo? - Susurro - ¿Cuándo? 

- Hace tiempo. Fue después de que empezaras a salir con Zack. 

- Eso fue... hace meses. 

- Exacto. No quería preocuparte con ese rollo - Se encoje de hombros. 

- Bueno, bueno... ¿a qué hora nos vamos a tu casa? - Le pregunto para cambiar de tema. 

Nos quedamos unos minutos más en los columpios y luego vamos a mi cuarto a preparar mi mochila para irnos a su casa. 

Mi Sangre: La traición familiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora