¿Qué es un Alma Gemela? [Larry Stylinson]

IV- "Un nuevo comienzo"

"Nunca he estado más despierto, nadie más que yo puede mantenerme a salvo. Y ya estoy en camino"

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Un fuerte portazo, provocó que los frágiles ventanales de la casa temblaran ocasionando que el pequeño minino pegara un brinco junto con un maullido de terror al ser despertado de aquella manera, el castaño no tardo en seguirle la acción y removerse de el sofá en el que yacía. Tratando de descubrir que había provocado aquel sonido. Tardo únicamente un par de segundos en divisar aquella silueta sujetándose del marco de la puerta entre quejidos.
En cuánto sus ojos lograron enfocar que esa persona era su padre, absolutamente todo el cansancio y la tristeza fueron reemplazados por ira y rencor.
Con la sangre hirviendo se levantó de un brinco, camino hacía su padre y le tomó bruscamente del brazo adentrandolo a la casa.

POV LOUIS.

Le tomé del brazo, arrastrandolo con facilidad dentro de la casa; clara señal de que estaba demasiado borracho como para poner resistencia, pues ni en broma alguien con mi complexión habría podido arrastrar a alguien que me dobla el peso y en altura como mi padre.

-Louis, traeme unas pastillas...mi cabeza va a explotar- dijo entre quejidos tratando de librarse de mi agarre.

-Pastillas y una mierda ¿Qué te pasa?, ¿Te crees con el derecho de venir aquí después de no venir en casa por casi tres días? Aparte apestas a alcohol y tú sabras a que tanto más- dije afianzando mi agarre en su antebrazo, acción la cual fue inútil pues esta vez si puso resistencia y se soltó al instante.

La habitación se quedo en un incómodo silencio por unos minutos, en los cuales mi padre se dedico a sentarse en el sofa y frotarse el rostro con las manos; supongo yo tratando de despejarse un poco.

-Al menos...¿al menos has visto el jodido desastre que está afuera?-frote mis sienes en un intento de calmar mi enojo- ¿Algo que quieras opinar o contarme, tal vez?-dije dirigiendome de nuevo a él.

-¿Piensas que yo tengo algo que ver, William?- preguntó alterado poniéndose de pie bruscamente dirigiéndose hacía la nevera.

-Tu crees que soy imbécil ¿No es así?- me quedé callado por unos segundos para continuar hablando-Si en este momento no me explicas que está pasando, no vuelves a entrar a esta casa ¿Entiendes?.

-¿Tú? ¿Corriéndome de la casa, que yo compré? Mejor cállate y vete haciendo la idea de trabajar otro turno más en la cafetería, yo sólo no podré con todo el jodido desastre que esos hijos de puta hicieron.

Sus malditas palabras mataban mi mente y acababan con mi autocontrol. No era justo que él me siguiera tratando de ocultar la verdad; yo sé que mi padre está metido en asuntos jodidamente malos, y yo solo busco ayudarlo.

-Joder, estoy harto de que evites este tema. Pero, ya no más. Acaso, ¿Crees que me voy a creer otra vez tu estúpida excusa de qué son los vándalos? No papá, las cosas ya no son así, sea qué o quien sea ¿Por qué nos joden de está manera?- la rabia me invadió al recordar el daño que habían causado.

-Quiero ayudarte papá, déjame ayudarte...dime lo que está sucediendo. Y esta vez, la verdad.- dije derrotado, por primera vez me miró a los ojos y pude observar que en su mirada había algo más, había tristeza y culpa.

-Hijo... le prometí a tu madre guardar el secreto; todo esto es mi culpa, te prometo que voy terminar con esto y todo va a mejorar. Confía en mí y dame tiempo, por favor- cuando finalizó me tomo en un inesperado pero necesitado abrazo.