Capitulo 4

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Me levanto sobre saltada, y tiro un grito de dolor al sentir el fuerte dolor de mi pierna.

Miro a mi al redor y veo que estamos en una habitación bastante grande. Tiene tres puerta, una del baño de seguro, otra del closet, y otra de salida (creó). Al otro lado de la habitación está un gran balcón. Toda la habitación está pinada de blanco, con la decoración dorada y blanca

Bajo la mirada y veo que traigo puesta una pijama blanca de seda (ojalá no se lo que estoy pensando) miro mi herida y veo que está vendada.

Me paro de la cama con cuidado de no lastimarme mi pierna.

Camino con cuidado hacia el balón a ver si se puede ver algo. Me paro frente al gran cristal, y lo único que veo es bosque más bosque, ni una casa cerca. Miro hacia bajo, y veo una gran piscina, y miles de hombre armado asta los dientes (mierda nunca me voy a escapar de esté loco)

La puerta se abren de golpe, dejando ver a una señora de unos 50 años. Trae con ella una bandeja de comidas

—oh señoritas, pensé que aún está durmiendo. No sabia que había despertado después de mucho tiempo— hago seño fruncido al oír lo que dijo la señora. ella se acerca a mi, pero me alejo, no confío en nadie de aquí—tranquila no la voy a lastimar—dice la señor mientras sonríe con amabilidad— solo quiero saber si tiene fiebre ¿puedo?—dice señalado mi frente, asiento no muy con vencida. La señora pone su mano en mi frente, para luego hacer una mueca—tiene un poco de fiebre. Ven come un poco, para luego darte un medicamento— niego, no quiero comer nada

—no tengo hambre— digo con mi voz débil

—tiene que comer, eso fue lo primero que me dijo el señor— elevó una eja al oír, no sabía que le interesaba que comiera ya que casi me mata

—pues dile a ese maldito bipolar que yo no quiero— dije con un tono de voz más alto

—señorita tiene que hacer caso a lo que el dice. A él no le gusta que lo rente—buen punto, el si que me da mucho miedo

—oky. Pero ante me quiero bañarme, no me eh bañado desde ayer en la mañana, ¿tiene ropa que me pueda poner?— le digo mientras me siento en el gran mueble blanco, ya que me está doliendo el pierna

—señorita usted tiene una semana aquí ya....

—¿QUE?— grito al oír tal cosa que me dice—demonio mi papá debe de estar vuelto loco buscándome —rompo en llanto al no saber cómo está mi padre. De seguro está destrozado

—tranquila señorita. Según es visto en la noticia, el señor Clark la está buscado por todo lado—dice la señora tratando de tranquilízame— pero dudo mucho que el pueda encontrarla, ya que estamos en el medio de la nada y sin ninguna comunicación —cierro mis ojos llenos de lagrimas, al saber que ya no hay ninguna esperanza sobre salir de aquí

—Buendía días— siento una escalofrío al oír esa voz tan crueles. Subo la mirada, y hay lo veo tan sexy y cruel a la vez. Tiene su brazo detrás de su espalda, traer un traje de negro entero y bien peinado. También puedo oler su delicioso olor (pero que cosas digo)— puede retírate Sol— la señora asiente y sale lo más rápido que puede de aquí, el camina  asía mi con superioridad—¿por qué no a comiendo aún?—dice bastante cerca de mi, elevo mi mirada y lo miro con miedo a que me lastime. El me mira muy serio esperando mi respuesta—te hice una maldita pregunta—eleva un poco más la voz

—Es...Es que no tengo hambre— tartamudeo por el miedo que invade mi cuerpo

—pues no me importa que no tenga hambre, así que come — subo la mirada y el me mira con esos hermosos ojos azules que hacen que no pueda dejar de míralo—¿que tanto me mira?— bajo la mirada avergonzada (mierda)—Come. Luego te bañas y bajas—veo como el sale de la habitación con al aquel aire de superioridad que lo rodea.

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