just friends ~starker~

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Peter y Natasha ya estaban en su mesa del restaurante platicando sobre cómo les había ido estos años separados, la chica se había tenido que ir a Rusia por una beca y aunque su amigo se sintió muy orgulloso de ella, también se sintió triste al saber que la perdería.

–¿Le has confesado a Tony lo que sientes?–Natasha era una de las pocas personas que sabían su enamoramiento hacia Stark, lo había intentado ayudar pero Peter nunca se atrevía a decirle nada al mayor.

–Lo he intentado, en serio que sí ¡pero es que es idiota! le he dado regalos con frases como de novios y lo único que me dice son cosas como "oh amigo, eres muy tierno", "gracias Pet, por eso eres mi mejor amigo".–Trató de imitar la voz de Stark.–¡No se cansa de mandarme a la friendzone! Creo que me voy a rendir Nat.–Dijo triste.

La chica se quedó mirando un punto por encima del hombro de Peter.

–Sí que es idiota.

–¿Eh? ¿Qué estás viendo?–Volteó hacía donde miraba su amiga encontrándose con Tony y Pepper tomados de la mano entrando al mismo restaurante. En ese momento, Tony volteó a verlos y sonrió.–Tenemos que salir de aquí.–Habló preocupado para su acompañante al ver como la pareja se acercaba a dónde estaban sentados.

–¿Quién es esa chica?–Murmuró Natasha.

–Pepper, una de sus tantas citas o novias, no lo sé. Pero el caso aquí es que si no nos vamos tal vez me ponga en plan celoso y él termine por enojarse.–Para este punto Pepper y Tony ya estaban tomando unas sillas de otras mesas para sentarse con ellos.

–¡Pet! Mira que coincidencia de mejores amigos.–Le dijo un sonriente Tony, Natasha golpeó su frente con su mano y Peter contra la mesa.

–Hola, soy Pepper.–Se presentó la linda chica sentándose en medio de Tony y Natasha.

–Hola Pepper, yo soy Natasha y él es Peter, mi cita.

–Natasha pero nosotros no...–Peter fue interrumpido por el hablar de la pelirroja que sonrió al percatarse del ceño fruncido de Tony cuando dijo aquello.

–Sé que vienes con Anthony y que les gustaría privacidad, igual que a Peter y a mi.–La otra chica asintió.–Bien, entonces nosotros nos retiramos, disfruten de su velada.–Dicho esto tomó la mano de Peter y casi a rastras lo saco de ahí bajo la profunda y seria mirada de Tony.

–¿Natasha por qué...?–Nuevamente fue interrumpido por el chillido emocionado de la pelirroja.

–¡Tony estaba muy celoso!–Exclamó con una sonrisa.

–¿Qué?

–Sí. Digamos que en cinco segundos se me ocurrió la brillante idea de experimentar dándole celos a Tony ¡y funcionó! debiste haber visto su cara cuando dije que eras mi cita, pero fue mejor cuando dije que queríamos privacidad.–Estalló en carcajadas, el menor sonrió.–Me estaba asesinando con la mirada.

–¿En serio?

–Muy en serio. ¡Oh, vienen para acá! Actúa como si tú y yo estuviéramos teniendo una cita romántica. El plan es hacer que Tony se ponga muy muy celoso, fin. –Peter asintió justo cuando sintió un brazo rodearlo por los hombros.

–Hola, sé que dijeron que querían privacidad pero a Pepper y a mí se nos ocurrió la brillante idea de tener una doble cita ¿qué dicen?–Pepper negó discretamente con una expresión molesta, Natasha y Peter asintieron.

–Que buena idea, Pet, cariño ¿puedes traerme una malteada de aquel negocio?–La pelirroja evitó una sonrisa triunfante al ver la mirada confundida y furiosa de Tony.

–Claro linda. Ya vuelvo.–Se dió la vuelta pero el mayor sujetó su muñeca.

–¡Pep también quiere una bebida! Te acompaño Pet.

Los chicos caminaron unos metros en silencio mientras que Natasha y Pepper iban en dirección contraria.

–Así que Natasha ¿eh?

–Sí bueno, eso creo. Hasta ahora todo va bien.

–Hacen...hacen linda pareja, creo.

–Gracias. Es una chica muy linda.

–¿Aunque te haya rechazado hace unos años?

–Por favor Tony, éramos unos niños.–Rió pero el otro mantuvo su seriedad.

–Ajá.

Llegaron al local e hicieron su pedido.

–Hey, quiero comprarle algo especial a Nat pero no sé qué. ¿Crees que puedas ayudarme? Ya sabes, quiero llenarla de regalos.

–Pero tus regalos y detalles especiales sólo eran para mí.–Murmuró pero el menor lo escuchó y esbozó una sonrisa discreta.

–¿Qué dices?

–Nada, que sería un placer ayudarte amigo.