Prólogo

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Hola, si se que di un horario y estoy retrasada por 50 min. Salí de mi casa y me olvidé el telefono.
Bueno antes de que lean me gustaría explicar que esta historia surge literalmente después de haberle comentado a Lore (muchas gracias por el aguante que a veces me pongo densa) esta idea de que hubiera pasado si ellas se conocian de jóvenes y con Mj siendo ella misma. Después de una charla eterna de ideas, una tras otra llegue a estos resultados que espero que les guste O entusiasme tanto como a mi escribirla. Las invito también a reproducir la canción que esta por ahi arriba por que es en definitiva la causante del titulo y de la trama.
Desde ya les agradezco a las que lean realmente y comenten o solo voten.

Hace 18 años atrás

Ahí estaba ella con sus veintitrés años de edad en una nueva ciudad, tan enorme que podría espantar a cualquier extranjera pero no a ella que había decidido que estudiaría su carrera de abogacía allí. Porque sabía que no había otro sitio mejor, que estudiar del otro lado del océano lejos de la locura de sus padres y la inestabilidad adolescente de su hermana menor. Todo había cambiado en su vida desde que tomó consciencia de que se sentía mujer, una que estaba capturada dentro de un cuerpo que no iba con ella en absoluto y supo desde entonces que hasta que no tuviera la transformación total no podría seguir adelante. Bastantes años se había pasado fingiendo aceptar un cuerpo que no le correspondía en absoluto.

Desde entonces todo fue un caos, muchos gritos y poco apoyo emocional, por lo que luego de operarse totalmente cruzó el mar para no regresar.

Ciudad de México fue su destino, se pasó las primeras semanas alquilando una habitación en donde tenía cocina y baño compartido. Esto le trajo demasiados problemas con algunos de los inquilinos que la miraban solo para hacerle comentarios desagradables por lo que le agradeció al cielo el día que consiguió trabajo de medio tiempo en aquella librería. Desde ese dia pasaron dos meses, donde ella finalmente logró conseguir un alquiler que podía pagar y luego de hacerle ciertas exigencias a sus padres pudo instalarse en ese pequeño pero cómodo monoambiente. El mismo quedaba a solo tres cuadras del trabajo y a pasos del metro que la llevaba todas las mañanas a la universidad autónoma nacional en donde pensaba pasar los cinco años de carrera enfrascada en los libros.

Se encontraba en ese lugar, ordenando como le había solicitado su jefe unos libros nuevos que habían ingresado en una de las estanterías de la sección romance cuando de reojo sus ojos verdes la vieron por primera vez. Si María José tuviera que decirle a sus amigas cuál es su tipo de mujer debería de presentarles a ella. Era una niñata, guapa, muy de hecho tendría aproximadamente unos veintes, claramente pija o mejor dicho fresa; como había aprendido que se le decía a los adinerados en México. Su belleza la obligó a girar su rostro para verla con mayor atención mientras que finge acomodar unos libros que ni siquiera estan desordenados. Ella, de la que aún no conocía el nombre llevaba unos pantalones altos de jean que finalizan por encima de sus tobillos, zapatos y una remera básica blanca al cuerpo marcando su pequeña cintura, lleva un bolso colgado en su espalda color negro de una marca carísima y está tan concentrada buscando un libro que ni se percata de su mirada. Joder, María José no recuerda cuándo fue la última vez que una mujer le había provocado ese nivel de hipnosis. Era tan grande su fuerza magnética que se le hacía imposible quitarle sus ojos de encima. Lleva su pelo negro recogido en un moño alto que dejaba a la vista su perfil, que era delicado y precioso a la vez como ella en su totalidad. Eso es en todo lo que podía pensar María José en cuanto la vio.

Paulina de apenas unos veinte años había pasado su mañana en la florería de sus padres trabajando sin frenar, por lo que había decidido pasar en su tiempo libre por aquella librería reconocida en la capital por tener las últimas ediciones de los libros más buscados. Ella se encontraba hace dos semanas recorriendo diferentes librerías en búsqueda de un libro de su autora preferida en el mundo, Jane Austen, pero no había tenido suerte. Entretanto que revisaba cada una de las solapas pensaba que no tenía demasiado tiempo y que realmente quería almorzar leyendo con tal de evitar que su madre comience hablarle de su casamiento aun no confirmado una vez más. De solo pensarlo siente como le comienza a faltar el aire y esta sensación no se le va. Salvo que logre detener sus pensamientos que solo provocan que se machaque el cerebro cuestionando si realmente quiere estar toda la vida con Jose Luis.

Ya Veras (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora