IX

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He revivido del mas alla unos segundos solo para subir este capitulo y decirles ¡feliz año nuevo a todas!. Espero que lo hayan comenzado genial y que mejore con el pasar de los meses. Vuelvo una vez más a pedir disculpas por la tardanza pero es que no he dejado de trabajar, estos dias fueron bastante caóticos y sin freno realmente. Ojala comprendan y les guste este capitulo aunque siento que me odiaran muchísimo pero sepan que todo valdrá la pena. Actualizaré en cuanto pueda y les agradezco desde ya a todas por leer.

Saludos,

Vero.

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Paulina no ha soportado la culpa, se ha parado decidida a huir de allí por que no podía darse el lujo de arruinar una relación. Ella no era así, nunca hubiera sido capaz de hacer algo como esto. Luego de luchar con la multitud y evitar los gritos de María José, ha logrado salir. La brisa del viento golpea un poco en su cara despabilando después del alcohol y el beso. Se encuentra en la puerta pidiendo con su celular un uber para irse de allí. Esta eligiendo el auto al azar cuando siente cómo la toman de la cintura para apoyarla contra la pared al lado de la puerta de entrada de un solo movimiento.

- Hablemos -murmuró.

- Debo de irme María José - le dice intentando resistirse a la cercanía.

- No quieres irte- le dice rozando sus labios con los suyos.

- Pero... -murmuró cerrando sus ojos por el contacto- tengo que hacerlo.

- No, no tienes por que -se acerca a su oído para decir- Además no me has respondido.

-Se aleja apenas para mirarla buscando en sus ojos una respuesta - Pues, no he respondido por que no puedo pedir que hagas eso.

- Si puedes -toma su mentón para besar sus labios- Por favor, solo lo dices y lo haré.

Vuelve acercarse para besarla notando que Paulina solo se pierde en los besos. Tanto que sube sus manos recorriendo el costado de su cuerpo hasta llegar a su nuca. Las deja allí entrelazadas. María José tiene sus manos en su diminuta cintura, pegando su cuerpo más al suyo. Mientras que no dejan de redescubrir sus bocas con sus lenguas. La rubia mordisqueó su labio inferior y tironea un poco de él. Para escuchar como un quejido sale de los labios de la morocha que solo logra remover todo su interior. Joder. Vuelve a colisionar sus labios para continuar con esa danza que es solo de ellas. Cuando se quedan sin oxígeno Maria Jose comienza a esparcir besos por su mentón entretanto que la mira para saber si lo que hace es placentero para ella. Es lo único que quiere hacer en el mundo complacerla.

- María José- dice Paulina que siente como una especie de fuego se esparce por lo lugares alcanzados por su boca- Debo de irme... -dice al notar que los labios de ella bajan directamente a su cuello para besarla y mordisquear. Mierda.

En un instante su mente la trae a la realidad de que se encuentra en la puerta de un bar donde va muchísima gente de la colonia a la que pertenece. La vergüenza comienza a calar en su interior tanto que intenta resistirse a sus besos pero los desea tanto que en vez de empujarla toma su rostro con sus manos para besarla con intensidad esa que ha juntado en esos segundos de placer absoluto. Su interior se revolotea entero por el fuego de los besos. Le encanta la forma en que María José la acerca contra su cuerpo y lo bien que se siente eso. Pero no todo es positivo para ellas que están quedándose sin aire y se separan por la vibración del teléfono de Paulina.

- Ha llegado mi auto -murmura.

-Paulina, por favor contéstame- le dice rogando ya que no quiere que se vaya sin responder.

- No puedo hacerlo. No es justo María José- le dice para tomar su cara y darle un pequeño beso.

La rubia se corre a un costado dejándola que se suba a un auto que la llevará a su casa. Se queda unos segundos viendo como se va. Joder. Se han besado gran parte de la noche y han demostrado que puede funcionar lo de ellas pero Paulina no ha podido con su cualidad de hacer lo correcto. Suspira con sus ojos cerrados para apoyarse contra la pared. Tiene muy en claro que luego de esto no podrá volver a estar con Lola como si nada. Es imposible para ella mentirle de esta forma. Lola simplemente no lo merece es una gran mujer y persona como para que ella obvie lo que acaba de suceder. Paulina De La Mora fue, es y será la mujer de su vida. Esa que remueve todo su interior con una sola mirada.

Ya Veras (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora