XI

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¡Hola! Como cada domingo que parece ser el dia elegido inconscientemente les dejo este capitulo. Que me da mucho nerviosismo y ansiedad por saber que les parece ya sabrán por que.
Les agradezco mucho a todas por leer y les pido disculpas por el atraso. Pero realmente esta es la velocidad a la que puedo escribir por ahora.
Sin mas que agregar aquí lo tienen.

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Está en su apartamento nerviosa como si fuera a presentar un trabajo del secundario frente a una clase que lo que menos harán es escucharla. Mierda. Empieza a creer que no ha sido una buena idea invitarla a cenar que quizás no lo ha pensado lo suficiente para convencerse. Tiene miedo, lo siente como le cala debajo de la piel metiéndose en su estómago que la pone tan nerviosa que sus manos se mueven cuando se plancha el cabello. Debe de calmarse si no quiere terminar en una crisis horrible que la obligará a cancelar todo. Respira hondo para expirar cerrando sus ojos unos segundos. Se esfuerza por transmitir la idea de que todo saldrá bien de que María José la quiere asi como se ve. Que no espera que sea una muñeca perfecta como su ex... "No, el camino no es por allí". Abre sus ojos para dejar la planchita en cuanto finaliza, elige unos aros largos de color rosado pastel como el vestido que lleva puesto que va apenas por encima de sus rodillas. Se mira varios segundos en el reflejo intentando alisar más el vestido si es que eso es posible. Va hacia la cocina para preparar en el comedor la mesa y luego de esto hacer el pedido de sushi que pensó que podrían cenar. Recuerda que María José ya lo había probado con ella hace mucho tiempo atrás y le había gustado por lo que consideró que esa comida seria la apropiada. Se encuentra eligiendo una botella de vino y abriendola para servirse cuando suena el timbre. "Ya está aquí" piensa para caminar hacia la entrada y detenerse dos segundos en el espejo para verse. Abre la puerta lentamente para verla como termina de pagar el uber que la ha traído y voltea sonriendo. No puede evitar verla desliza su mirada por su cuerpo hasta sus pies. Notando que lleva un vestido largo color celeste con detalles en flores pequeñas, se ata a un costado y tiene un tajo que va desde unos centímetros debajo de su cadera hasta donde finaliza. Su corazón palpita al ritmo de sus pasos hasta que la tiene enfrente sonriendo.

- Hola -murmura María José que está igual de atónita que Paulina que no puede dejar de verla.

- Hola -sonríe con timidez- pasa -agrega para moverse a un costado de la puerta dejándola que entre.

Cierra la puerta detrás de ella para apoyarse un rato en ella y verla como observa todos los detalles que pueda absorber de su casa.

- Oye -dice Paulina logrando captar su atención para caminar hacia ella y rodear su cuello con sus brazos- que guapa estás y qué bien te sienta este vestido.

- María José apoya sus manos en cada lado de su cadera- Tu te ves increíble- murmura para acercar sus labios a los de ella que la esperan ansiosos.

Coño, Paulina. Saborean sus labios lentamente en ese beso que termina sabiendo a poco por que ambas sin hablar se dan cuenta que deben de frenar.

- Ven te mostraré la casa - toma una de sus manos para llevarla de un lado al otro.

Pasan por la cocina, el comedor, living, la terraza hasta llegar a su dormitorio el cual abre y la tironea para que entre. María José está absorta en los detalles, mira todo lo que hay a su alrededor y repara en la única foto que tiene allí que es una con su hijo. Ambos están abrazados sonriendo. Debe ser de esas fotos que su madre los hace sacar para las revista de sociedad

- Esa foto la tomamos hace un año -dice Paulina parándose a su lado- Brunito está mucho más alto ahora.

- Ese niño es igualito a ti -Maria José posa una de sus manos alrededor de su cintura sintiendo como se estremece un apenas por el roce de su piel sobre la tela. Joder.

Ya Veras (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora