XXIV

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¡Hola! Despues de ocho dias revivi de las tinieblas para traerles este capitulo. Y soy tan oportuna que es luego del estreno de la temporada que desde ya les digo si no la vieron háganlo sin temor que vale la pena. Yo la vi entera ayer, por insistencia de Lore y me he hecho un bien. Finalmente nos dan al fandom lo que mereciamos.
Tema aparte: les pido disculpas por la tardanza pero ya lo dije antes y es la verdad me cuesta mucho terminar mis novelas es algo asi como un don. Por mas que tenga todo muy pensado y claro. Demoro en escribirlo por lo que implica la despedida en si. Espero que este capitulo les guste y que las haga felices, o al menos lidiar mejor con este encierro eterno. Les agradezco como todos los dias a todxs por leer, comentar y votar.
Cuidense!

Vero,

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La semana se le habia hecho eterna más aún cuando funcionaba como un robot y sentía que todos sus dias eran iguales. Lo único que estaba haciendo era trabajar, pasar la mayor cantidad de horas despierta para luego intentar dormir. A pesar de que había hablado con María José varias veces por día. No era, ni reemplazaba el hecho de tenerla a su lado que es lo que quería que este allí. Ahora. Ya. Se siente casi como una niña encaprichada que no puede obtener lo que quiere. Deja su saco en el perchero, se descalza para no hacer demasiado ruido al entrar a pesar de que sea la media noche del sábado. Suspira, para frotar su cara y voltea a cerrar la puerta con llave ademas de pasar el pasador de seguridad. Internamente ruega que por esta madrugada nadie la moleste. Lo que ha vivido las noches anteriores la han dejado mas estresada y nerviosa de lo que por naturaleza es. Camina por el pasillo en puntas de pie para subir las escaleras. Tiene que confirmar que su niño esta ahí. Asoma su cabeza para verlo tirado sobre su cama de costado, ha metido su brazo derecho debajo de la almohada como lo hace desde que duerme solo. Sonríe para caminar unos pasos más acercandose con el unico objetivo de tomar las sábanas que tiene por las rodillas para cubrirlo. Acaricia su mejilla para correr el flequillo que tiene y asi dejarle un beso lleno de amor de madre en su frente con sumo cuidado. Se aleja unos centimetros para ver que se remueve por el gesto que no ha pasado desapercibido para él que ha pesar de estar dormido su cuerpo se encuentra alerta. Como si hubiera perdido su capacidad de dormir profundo.

- ¿Qué sucede Ma? ¿Está aquí? -balbucea entreabriendo sus ojos claros.

- Shhh... -acaricia su mejilla para besar su frente de nuevo- No ha pasado nada, recién he llegado y queria verte. Tú solo sigue durmiendo.

Lo ve asentir para voltear murmurando que la quiere. Paulina muerde su labio inferior por la ternura que le da oir que lo diga. No sería quién es hoy sin ese niño hermoso. Se aleja despacio para volver a bajar las escaleras hacia la primer planta. Decide prender una sola luz para que no se alumbre la casa demasiado quizás si finge que no hay nadie no vendrá a molestar. Suspira. Toma el móvil de su bolsillo para encontrarse con un mensaje de su novia, la mejor del universo que le recuerda cuanto la ama, extraña y la cantidad de dias que faltan para verse. Sonríe le ha resultado ingenioso, sumamente dulce y realmente le ha gustado mucho que cada día le escriba diciendo cuantos días faltan para reencontrarse. Ese reencuentro, no hay nada que desee más y de solo imaginarlo puede sentir como su corazón se acelera.
Uff... camina hacia la cocina para sacar de la heladera una de las botellas de vino blanco que tiene abierta. La toma para luego sacar una copa y servirse un poco. Bebe para saborear el vino, deja la copa sobre la mesada para guardar la botella en la heladera y caminar hacia su habitación. Alumbra con su móvil dentro para ir hacia la mesa de luz. Deja la linterna de su movil encendida para ir hacia su armario y tomar un pantalon, junto con una remera para dormir. La misma no le pertenece pero digamos que ha conseguido quedarse con ella luego de tantas noches preciosas compartidas y la ha hecho suya. Sonríe. Ama usarla por qué le recuerda al amor de su vida. Se quita su camisa, junto con su pantalon y sostén pensando que en realidad lo que desearía es que ella este allí para quitar con sus propias manos todas esas prendas solo como ella sabe hacerlo. Suspira. Toma otro sorbo de vino para dejar la copa, se coloca primero la remera que le queda grande pero aun tiene su perfume, dulce y fresco, además del pantalón. Abre la cama para encender la televisión. El ruido conseguirá calmar su mente que está agitada por pensamientos destructivos. Decide que buscará algo para ver, cree que es la unica manera en que podría dormir o al menos eso ruega conseguir. Caer en algún sueño que sea lo suficientemente profundo para que en caso de que algo suceda no oiga nada.

Ya Veras (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora