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-¿Hi...dan...?- Susurro débil antes de quedar inconsciente en el suelo, con una parte de su rostro cubierto de la sangre de brotaba en abundancia de aquella herida, que también manchada su Rubio cabello, ciertamente no parecía que había sido una simple caída por un tropezón.

-¡Deidara!- Lo cargo con sumo cuidado al estilo nupcial, al ver la herida que el contrario tenía se asustó mucho, tenía que actuar rápido, pero no podían ir a una aldea, en las más cercanas seguro le reconocerían, eso era arriesgado, más si el rubio estaba inconsciente. No tuvo otra opción, apoyo la cabeza del menor en su pecho y comenzó a correr con él en brazos, teniendo cuidado de no moverlo mucho.

⚡⚡⚡⚡⚡

Un punzante dolor de cabeza le hizo abrir los ojos, seguido de un fuerte mareo que lo hizo dejar caer su rostro contra la almohada, un momento, ¿almohada? Pero si él se había desmayado en el bosque, lo recordaba bien, tropezó, y luego los pies, y... oh oh, algo le decía que la persona que lo había llevado a ese lugar no era del todo "Amigo", intento ponerse de pie, pero sus piernas no respondían, no podía pararse, apenas y podía mover los dedos de sus pies, sin nada más que poder hacer, se recostó de nuevo en aquella cama individual, el lugar estaba en total oscuridad, de no ser por una pequeña lámpara de noche que estaba a un lado de la cama, la luz amenazaba con apagarse, jugando a convertirse en uno de los miedos del Rubio, la oscuridad total.

Intento enfocar la vista, pero era en vano, su visión era tan borrosa como la ventana de un auto en día de lluvia, lo que hacia que la mayoría de las cosas se perdieran en la oscuridad, la única cosa que podía verse un poco más clara era aquella lámpara, que seguía con su ritmo de apagarse cada 3 segundos, miro alrededor, sentía que alguien más estaba ahí, pero no sabía quien, no reconocía el chakra, pero era uno realmente aterrador, le daban escalofríos de solo imaginarse que tipo de persona sería esa a quien correspondiera dicho chakra.

-¿D-Donde estas?..- Sus labios lograron pronunciar, más no hubo respuesta, solo un tétrico silencio, que acabó en una profunda oscuridad cuando la lámpara finalmente se apagó.

-Aquí estoy- Respondió una voz gruesa y rasposa, parecía de alguien joven, aunque se escuchaba cansado en cierta forma, sin ánimos, el Rubio miro en todas direcciones tratando de localizarlo, pero no conseguía nada, intento tocar las cosas, quizás y encontraba algún interruptor de luz o simplemente a esa persona, pero fue en vano, no encontró nada, levemente frunciendo el seño, se estaba cansando de este "juego" Después de lo que había pasado recientemente, no tenía humor de estar en esa situación.

-Aqui- Habló de nuevo, esta vez la voz se escucho un poco más cerca, cosa que le causó un escalofrío al rubio, pero aún así no abandono su mirada de enojo, un brillo carmesí se se hizo presente en la habitación, pero por más que el artista intentara identificar que era, no lo lograba.

Esa luz duro un rato así, Deidara intentaba descifrar que era aquella luz, podría jurar que la había visto antes en algún lugar, hasta que lo entendió, sus ojos se abrieron de par en par y retrocedió hasta pegarse a la pared, mirándole esta vez con algo de temor, pues se daba una idea de que tipo de persona sería.

-No tengas miedo Deidara, no te haré daño- La voz se hizo presente de nuevo, pero esta vez se escucho un poco más "tranquila" Pero igual de grave y rasposa, la luz se apagó y todo quedó en una profunda oscuridad, y un silencio que parecía interminable, pero no fue así, pronto la oscuridad desapareció ante la luz cegadora de un foco que estaba en el techo, ¿como es que no encontró el interruptor antes? Parecían estar oculto, o más bien, camuflajeado entre las paredes de madera oscura, dejó de recorrer la habitación con la mirada, y se centró en quien tenía enfrente suyo.

CURIOSIDAD -SasoDei- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora