Después de Itazura Na Kiss

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Y así los años habían pasado y ellos seguían igual de felices, no es que no habían existido peleas pero las habían sabido sobrellevar dado el carácter tranquilo de Konomi y su facilidad para tranquilizar a Yuki. Una vez, es estaba sumamente enojado porque muchos chicos de la empresa decían que era la chica más guapa de toda la compañía, en esos momentos le hubiera gustado que Konomi fuera como Kotoko, pero recordó que aun así, habían existido muchos chicos con mal gusto que se habían enamorado de ella. Se sentía orgulloso de que su novia fuera tan bonita pero, le gustaría que ese pensamiento solo se quedara en su cabeza y no estuviera en la boca de media empresa, cuando Yuki le dijo Konomi solo rio, no podría creer lo celoso he inseguro que podría llegar a ser su esposo, pero le dejo en claro a Yuki que solo lo amaba a él y no importaba cuantos hombres de bajaran el sol, la luna y las estrellas ella jamás amaría a ningún otro.

Despues de aquel dia Yuki solo de dedico a lanzar miradas mortales a aquellos hombres, hasta que decidió que ya era suficiente, comprendía que Konomi no amaría a otro hombre pero, que hablaran de su esposa como si ella estuviera soltera era muy molesto aunque, cuando lo pensó, nadie sabia que Konomi y él estaban casados por esto, decidió decírselos y así, los hombres dejaron de hablar de ella, o por lo menos, en su presencia.

Cada vez que Yuki recordaba cómo había sido su relación, recordaba a su hermano con Kotoko ya que, de alguna forma había sido similar, el había instruido a la chica y esta había paso los exámenes y de igual forma, su madre les había tomado unas fotos que les habían causado problemas en su temprana relación pero, por otro lado, era muy distinta, Konomi era muy diferente a Kotoko y había aprendido tanto que ahora no necesitaba instruirla en nada, además, tenía una alegría mucho más calmada y tímida. Sin embargo, en lo que sin duda el matrimonio de Irie y Yuki eran exactamente iguales es en el hecho de que ambos, están sumamente enamorados de sus esposas y por más mujeres que se digan hermosas intenten acercarse porque, según ellas "necesitan algo mejor" ellos jamás dejarían de amar a sus esposas, porque si bien eran muy inteligentes, frente a ellas eran solo unos tontos sin armas para poder defenderse.

Por su parte Konomi solo pensaba en lo afortunada que era, había logrado tener las tutorías de aquel que quería fuera su amigo, porque si, en ese momento ella no aspiraba a nada más a pesar de que estaba ya en ese entonces enamorada de él. Aun así, el tener aquellas tutorías estuvo un paso más cerca de obtener algo más y gracias a que Yuki insistió a que ella debía de tener más tutorías pudo tenerlo prácticamente diario junto a ella y con el tiempo, se hicieron amigos no era una relación de amigos convencional pero, eran amigos, con el tiempo, Yuki se le declaro y así su relación amorosa comenzó y aunque mucha gente le dijera que el no Valia la pena ella no opinaba igual y después de 3 años de matrimonio estaba completamente segura de que no se había equivocada, Yuki es y será por siempre el amor de su vida y ahora, justo en ese momento de su vida estaba más segura que nunca.

Habia visto como Kotoko había criado a su hija y como unos años después había nacido su pequeño hijo, ambos, igual de inteligentes y guapos como su padre pero, el niño tenía la energía y vivacidad de Kotoko , algo de lo que su hermana carecía, ella era prácticamente Naoki en versión mujer. Desde ese momento había soñado con tener un hijo que fuera producto del amor de ella y Yuki, se lo imaginaba corriendo y riendo, siendo tan guapo como su padre pero sin era seriedad que a veces lo hacia parecer seco, también se había imaginado a una pequeña niña que se parecía a ella pero con los ojos de su gran amor, cada vez que pensaba eso su cabeza divagaba por horas pero ahora, su sueño se estaba haciendo realidad.

Aquella noche, Yuki había llegado tarde, si bien, trabajaban en la misma empresa no tenían un horario similar y muchas veces yuki, por ser el próximo director de la empresa, llegaba más tarde dado a que tenia que aprender de todo lo que conllevaba ese trabajo, Konomi si que tenia un horario fijo y era rara la vez en que salía más allá de este. sin embargo, ese día realmente deseaba que Yuki llegara temprano, y aunque no fue así, ella tenia algo que decirle, una sorpresa que no se podía guardar, más para sí.

-¿Konomi? – Habia preguntado Yuki al entrar a la habitación- ¿Dónde estas?

Yuki no encontraba a su esposa y le resultaba en suma extraño, por lo que el sabia ya había llegado a casa ¿Podria ser que estaba fuera? No, si estaba fuera de seguro le habría avisado para que no se preocupara, entontro una pequeña caja sobre la cama, se acerco a ella no sin antes dejar su saco en el perchero de la entrada y su mochila sobre la mesa que se encontraba frente a su cama ya que ahí estaba su escritorio, cuando por fin abrió la caja vio que había una prueba de embarazo lo cual de parecio un tanto extraño pero cuando escucho la voz de Konomi a su lado izquierdo no supo que hacer.

-¡Sorpresa! -Grito Konomi al darse cuenta de que ya había abierto la caja-

Yuki no reaccionaba y esto a Konomi la dejo un poco triste y pensó ¿Sera que no quiere al bebé? Pero, todos sus miedos se fueron cuando sintió el abrazo de Yuki y sus calidas lagrimas cayendo sobre su hombro. Esa noche ambos se sentaron a platicar y en sus ojos no se podía reflejar nada más de felicidad y añoranza, el fin estaban esperando a su primer hijo y estaban más que contentos de tener un integrante nuevo a la familia.

Cuando se lo contaron a todos no pudieron evitar los gritos de Kotoko y la señora Irie,ambas ya estaban vueltas locas planeando la habitación de la niña y el señor Irie ya estaba planeando que le enseñaría al niño, Naoki solo reia ante la escena al igual que el padre de Kotoko, ambos fueron los primeros en felicitar a la feliz pareja quien les agradeció para después divertirse de la escena. Ambos sabían que su familia estaba un poco loca y esa seria en la cual se criaría su hijo o hija aun así, eso los hacia entera y plenamente felices.