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Pasaron semanas y ambos jóvenes ya terminaron al fin sus carreras después de mucho tiempo de no poder salir y estar junto al fin podían salir sin preocuparse del proyecto para el Lunes, ambos estaban felices. El señor Irie les había ofrecido a los dos entrar en la compañía, Yuki ya que seria en próximo dueño y director de la compañía tenia un puesto asegurado y el talento de Konomi para escribir seria de mucha ayuda en la creación de nuevos video juegos.

Ambos jóvenes aceptaron los puestos que les ofrecieron, pero antes de comenzar a trabajar querían tomarse un mes para ellos, aunque Yuki dijo que le daba igual la idea, en realidad le parecía perfecto para poder pasar más tiempo con su prometida y poder planear una boda sencilla, aunque suponía que su madre metería las narices como siempre. Yuki no quiere una boda como la de Kotoko e Irie que no fue del gusto de los dos ¡Ellos ni siquiera sabían que se casarían ese día! El quiere una boda que sea de los dos, aun así, esta sumamente sorprendido de que su madre no los haya casado aun.

Así pasaron los días, algunos en los cuales la pareja pasaba enteros juntos y otros con sus amigos o familia. Ambos jóvenes no podían inspirar más ternura y amor, todo el mundo que los veía no dudaba que se querían, aunque Yuki fuera serio se sonrojaba con facilidad y apartaba la mirada cada vez que se apenaba, eso daba demasiada ternura.

El día había llegado Yuki fue a pedir la mano a sus padres no podía con sus nervios, le sudaban las manos y no podía dejar de dar vueltas en su casa, Naoki no hacía más que reírse de su actitud y Kotoko trataba de tranquilizarlo diciendo que todo estaba bien y que los padres de Konomi se alegrarían pero aun así, el sentimiento no desapareció. Así, Yuki se dirigió a la casa de sus futuros suegros para poder pedir la mano de Konomi, no podía creer que el y Konomi ya estaban pensando en la boda sin siquiera haberle pedido su mano a sus padres, aunque para ser sinceros, a Yuki no le importaba si le daban una negativa, el estaba en suma decidido a casarse con ella.

Cuando llego a la casa toco el timbre y espero impaciente a que le abrieran la puerta, quien abrió la puerta fue Konomi, con una gran sonrisa al verlo lo invito a pasar, la cena ya estaba servida y los padres de Konomi estaban en la cocina. Yuki recordó que la primera vez que había estado en esa casa, justo después de que él y Konomi se hicieran novios, los nervios de aquella ocasión eran poco a comparación de los que ahora estaba sintiendo, no sabia donde esconderse para que nadie se diera cuenta.

-Tranquilo, ellos estarán felices -Le dijo Konomi en un susurro- Ven vamos a sentarnos.

Yuki la siguió y se sento, al poco tiempo se sentaron los padres de Konomi. La cena transcurrio sin nada raro, todos conversaban y hacían pequeñas bromas, hasta que Yuki se decidio a hablar de una vez por todas.

-Hay algo que me gustaría decir- Tomo la mano de Konomi por debajo de la mesa- Hace unos meses le pedi matrimonio a su hija, y se que debi decírselos antes pero...

-No tienes porque disculparte, nosotros ya lo sabíamos-Respondio del padre de Konomi-

- ¿Cómo? - Dijo Yuki un tanto asombrado, mirando a Konomi, ella estaba igual o más sorprendida que él-

-Si – Dijo la madre de Konomi- desde que vimos aquel anillo estábamos seguro que era por eso

-Entonces ¿no están enojados?-Pregunto con duda Yuki-

-Para nada, los conocemos a los dos y suponíamos que algo así pasaría, pero estamos muy felices por ustedes

La cena continuo con ambos jóvenes apenados por la situación y los adultos un tanto divertidos pero felices por la pareja, especialmente por su hija ya que jamás la habían visto tan feliz que al lado de aquel chico. Al final de la noche Yuki se despidió para después dirigirse a su casa, estaba contento pero muy nervioso de lo que podría pasar con ellos en el futuro.

Después de Itazura Na KissDonde viven las historias. Descúbrelo ahora