2. Es Suyo

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La manera en la que todo transcurre siempre había sido de la misma forma, una repetición constante que fluye sin inconvenientes. Porque estos están sujetos a ellos, son parte de cada una de estas etapas.

Louis no estaba conciente de lo que hacía, o eso es lo que se esperaba. Porque de otra manera estaría enloqueciendo poco a poco. Ya que, nadie en su sano juicio volvería a ir detrás de la persona que se divertía haciendolo sufrir.

El timbre de salida había sonado, el castaño tomó su mochila y salió corriendo de su aula. Afuera de la escuela, donde solo habían alumnos charlando, uno se despedía de sus amigos que siempre andaban con él en el recreo. En cuanto estuvo seguro de que no había nadie más alrededor se acerco.

—¡Harry! —el nombrado, detuvo su caminata y volteó a verlo.

—¿Enano? —el de iris color mar, contrajo el entrecejo y se cruzó de brazos, con lo cual el más alto recordó y rodó los ojos—¿Lou?

—Mucho mejor—sonrió formando unos pequeños pliegues alrededor de sus ojos, el mayor siguió caminando—¡Hey! ¡Espera!

—¿Qué es lo que quieres?

—Solo me preguntaba si quisieras caminar de regreso conmigo.

—¿Qué tramas? Porque te aviso que yo no te voy a proteger, yo soy el que te golpea.

—No quiero protección, solo caminar a tu lado.

El ceño fruncido del rizado estaba bien marcado ante la incomprensión de las palabras del pequeño. Nadie quisiera caminar junto a alguien que podría hacerle daño. ¿Por qué él si?

—Bien

La manera de caminar de Louis era distinta, a veces incluso saltaba un poquito para divertirse, por eso la imagen de Gargamel y un pitufo danzarin a su alrededor es la que sería más apropiada para ellos.

Al día siguiente las nubes ya no cubrían el cielo, pero de igual manera volvieron a casa caminando.

El rizado estaba más malhumorado que de costumbre, haciendo de su paciencia algo nulo.

—¡¿Podrías dejar de hacer esa mierda?! —El castaño se paralizó y llevo ambas manos a la boca que estaba en forma de o, por la sorpresa. Eso tal vez hizo algo en él, algo manifestado en forma de un tiron leve por el pecho—Ya. Solo estoy cansado.

—¿De mi? —la angustia inminente en su menudo cuerpo lo hacía temer.

—No... Detesto el sol.

Recordó el día que lo siguió y lo que pasó.

—De acuerdo.

Siguieron caminando en silencio, con algo de incomodidad en el ambiente. Al llegar a la esquina de la casa del de rizos, se separaron.

—Hasta luego, Harry.

—Sí.

Era algo llamativo, desde que lo había conocido. Pero Harry no sabía despedirse, nunca lo hacía.

El siguiente día, se alegró bastante al ver al rizado esperando por él. Agarró las correas de la mochila que cargaba y fue corriendo a él.

—¿Llevas mucho tiempo?

—No. Ya me habría ido.

—¡Bueno! —el más alto comenzó a caminar, mas fue detenido por la pequeña mano en su brazo—Espera.

—¿Qué sucede? —preguntó ofuscado al ver al castaño descolgarse la mochila y abrir el cierre.

—Te traje esto—sacó una gorra azul—es mi favorita porque cubre muy bien y también es mi color preferido.

He Is DangerousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora