1. El Reflejo De Su Verdad

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¿Cuanto tiempo debería haber esperado?

Su maestro nota su presencia aún en el salón, pero el no se siente listo para hacerlo. Porque ahí afuera seguramente estará alguien a quien no quiere encontrarse.

Un chico que lleva molestandolo todo el año, desde que había llegado a esa escuela, en realidad. No sabe si fue su estatura o el hecho de que si se veía como un blanco fácil. Pero estaba harto.

—¿Louis? ¿No vas a salir?

El profesor llamó su atención, mirándolo de una manera inquisitiva. Ignorando el motivo por el cual su alumno aun no queria dejar el lugar seguro.

—Sí, ya voy.

Resignado, tomó el emparedado que traía cerrado herméticamente en una bolsita. Era de sus favoritos, con tiras de soja y un poco de tomate añadido con una salsa especial que él mismo hacía. Salió del aula, siendo precavido y vigilando para no ser encontrado. Cuando creyó estar a salvo una voz ronca muy conocida se escucho atrás.

—Enano, ¿A dónde crees que vas?

Volteó con lentitud, a ver al chico de sus pesadillas. Harry Styles, iba en otro curso, el mismo grado pero no paralelo. Aún así, era mucho más alto que él. Motivo por el que su apodo era ese.

—Y-yo... Solo...

—¿Me trajiste mi emparedado—lo sujeto por el cuello de la camisa, alzandolo ligeramente, haciendo poner al pequeño de puntillas.

—Es mio—el castaño escondió su merienda en su espalda.

—Era. Dámelo—exigió molesto.

—No—su voz flaqueo bastante en solo un monosílabo.

—¿Eres un tonto? Dije. Dámelo—su tono autoritario era escalofriante, tanto que el castaño le entregó su almuerzo. Otro día sin comer, pensó—Buen chico, ¿le pusiste la salsa?—dejó el agarre bruscamente haciendo tambalear al otro, quien asintió a la última pregunta—Bien, vete

Ordenó, a lo que Louis no puso objeción alguna. Saliendo presuroso del patio. En una de las gradas del instituto, vio su único refugio. Estaba tan cansado de eso.

—¿Lou? ¿Qué pasó? —su amigo llegó con él.

Zayn había sido su mejor amigo desde el jardín de niños, tenía muy buenos recuerdos a su lado. Pero por motivos de trabajo, la familia de Louis vivió un tiempo fuera de la ciudad. Hasta este año en el que se volvieron a encontrar y para su mala suerte, él estaba en otro paralelo también.

—N-nada—el titubeo en su voz era contradictorio, además de los ojos rojos que tenía tratando de no derramar ninguna lágrima.

—¿Estás seguro?

—Sí, solo... Olvide mi almuerzo—mintió, aun no entendia el porqué. Tal vez era para no verse débil ante su amigo o por que simplemente quería evitar la posible confrontación del moreno al chico alto.

—Entonces—su amigo partió su emparedado en dos—ten este—le tendió una mitad al castaño—Pero deberías de tener más cuidado con eso. Ya son varias veces en las que lo olvidas.

—Claro, gracias—dijo sonriente mientras tomaba el medio emparedado.

—Louis... Yo... —Quería, en verdad quería hacerlo. Pero el miedo hizo su trabajo imposibilitando que dijera aquello que llevaba pensando bastante tiempo—espero que no te moleste que no sea de soja.

—Oh... No hay problema. Gracias amigo—esa sonrisa que en otro momento lo habría hecho suspirar ahora solo lo estaba matando, aún más con la última palabra "amigo". Porque él era solo eso, su amigo.

He Is DangerousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora