10. Mi heroina de playa

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—¿entonces irás?—oí la voz de un hombre. En serio necesito acostumbrarme a que por alguna razón mi casa siempre está poblada de personas.

Jueves por la tarde y acababa de regresar del colegio, una figura de color charlaba con Perrie en la cocina como si fueran amigos de toda la vida.

—buenas tardes—les sonreí a ambos mientras buscaba algo que comer.

—hola bella dama—el hombre que no pasaba de los treina me saludó.

—este es mi amigo Claudimar y él ya se iba—Perrie me lo presentó, aunque por lo visto el sujeto no tenía la misma intención.

—te recogeré a las ocho—el amigo de la rubia se fue.

—¿qué era eso?—le pregunte a Perrie, hasta dónde sé ella no se interesaba en chicos.

—claud quiere llevarme a algún lado por la noche— ¿la de ojos azules estaba buscando mi permiso?

—pues ve, no tienes que preocuparte por mi. Iré a la playa con mi mamá de todos modos—y cómo si la hubiesen nombrado, la señora apareció en la cocina llevando una horrible mascarilla y mi traje de baño.

—¿esa es mi malla?—le pregunté

—yo la compré para ti así que en parte también es mía—no daba créditos a lo que oía—mis pechos lucen realmente bien en esto, les da un apretón—no podía creer que esa cosa me había dado a luz.

—eso es porque es muy pequeño para ti—me crucé de brazos

—se lo que estás pensando —se dirigió a Perrie—y si, son reales. Puedes tocarlas, nunca sentirás algo tan suave en tu vida—bueno, esto ya había sido suficiente.

—aleja tus tetas de ella—la amenace—y ya vámonos a la playa—

—lo siento cariño pero consegui una cita, espero que no te importe—de nuevo, esta era Norma.

Ya estaba acostumbrada a ser su segunda opción y no le di mucha importancia, por otro lado al parecer Perrie se lo tomó más personal y me invitó a la playa. Me sentía un poco mal porque tal vez ella se perdería la salida que ya había planeado con su amigo pero no le di muchas vueltas al asunto. Accedi prácticamente sin pensarlo, después de todo no todos los días mi niñera amanecía con cierta humanidad hacía mi persona. Un bikini negro con la parte de arriba algo floreada fue lo que decidi usar, por suerte no nos tardamos mucho en llegar al lugar. Me encantaba la forma en la que llamaba la atención con mi traje de baño, era como si todas las personas en la playa hubieran venido sola y especialmente para verme a mi.

Lo que para nada me esperaba y en definitiva no era una agradable sorpresa fue ver a mi mejor amiga ahi, menos desde que Jesy me había cancelado la salida de hoy porque tenía que cuidar a su abuelo enfermo. La peor parte es que no estaba sola, claro que no. Ella, Jenna, Jed y Jake organizaron una salida a la que claramente no fui invitada.

—cúbreme—le dije a Perrie cuando vi lo que pasaba, obligándola a ponerse adelante mío.

—¿es en serio?—a la rubia la situación le parecía divertida.

—si, quédate quieta—le grité

—estoy quieta—a juzgar por el tono de su voz tal vez estaba un poquito enojada.

—no, no lo estás—reproché. Y es que de verdad quería pasar desapercibida.

—necesito respirar, mujer—gracias a el grito de mi niñera es que ambas fuimos descubiertas.

Jesy se acercó a continuación diciendo que era una coincidencia que estuviéramos aquí, le planteé que si estaban saliendo sin mi a lo que ella no pudo hacer más que rascar su nuca. Me dijo que no era así, lo que sólo le generó más preguntas a mi inquieto subconsciente. Y entonces ella soltó la bomba, ni rápida ni perezosa, Jenna había comenzado a salir con Jed. Al parecer Jake y Jesy tenían planeada esta salida desde hace mucho y se encontraron a los otros dos de camino, no me parecía creíble pero tampoco tenía muchas ganas de aguantar sus excusas ahora. Decidi dejarlo ir y decirle a Jesy que tal vez nos veríamos luego, consiguiendo al fin que se fuera.
Me molestaba que Jed y Jenna salieran, no porque aún me gustara Jed, eso sería estupido hasta para mi. Simplemente odiaba el hecho de haber sido tan insignificante para alguien que para mí lo había sido todo, si que dolía.

—¿oíste todo?—le pregunté a Perrie, avergonzándome aún más cuando me di cuenta de que la respuesta era un si.

—Ya regreso—me dijo antes de emprender camino a dónde estaban Jed y los otros.

Esto no me lo pensaba perder por nada, apenas Perrie salió la segui por detrás. Tan sólo esperaba que no se largaran a los golpes porque eso si que podría salirse de control. Perrie al parecer tuvo una idea mucho mejor que la mía.

—hola chicos—la rubia habló al llegar al grupo.

—¿qué quieres?—jed siendo siempre tan amable.

—a tu novia—Perrie dijo, guiñándole un ojo a Jenna— se que me deseas—terminó.

—no ella no lo hace—de nuevo era Jed.

—cállate Jed—ahora Jenna era la que hablaba.

—¿así que quieres una mujer de verdad? pues soy toda tuya—si no supiera que es todo un acto ya estaría muriendo de los celos.

—lo siento Jed, terminamos—Jenna le cortó —siempre supe que me querías, de hecho solo salía con Jed para ponerte celosa—ahora le hablaba a Perrie, quién no pudo más y soltó una carcajada—¿qué es tan divertido?—

—lo rápido que eso funcionó—la expresión de la ojiazul ahora era seria.

—¿qué?—Jenna seguramente no daba créditos a lo que oía.

—no quiero salir contigo Jenna y claramente tu tampoco quieres estar con Jed—en ese momento la rubia regresó a mi.

rápidamente le agradecí lo que hizo por mi, aún sin poder creer lo que mis ojos acababan de presenciar.
Ella de verdad se había preocupado por mi, tal vez era hora de dejar de verla cómo la villana de la historia cuando en realidad lo que pasaba era otra cosa.

Complicado// Jerrie ThirlwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora