Quirks. (BNHA)(Yaoi)

¿Especial?

He estado pensando en cambiarle el nombre al prota.

Envés de que sea Konoe Goro. Le quiero cambiar a: Ueda Tamada.

Se oye chingón, verdad? XD

Bueno, para no dejársele así. Haré un especial en esta historia random. Será un Mineta x Lector.

Espero que lo disfruten.

N/A: Por ahora le pondré el nombre Ueda Tamada, a ver como queda. Ah, y será cortito. :3

(...)

Otro día más en las instalaciones de la U.A., específicamente en los dormitorios donde se instalaron los jóvenes de la clase A. Como siempre, en la mañana, todos estaban en la sala, preparándose para ir al salón 1-A. Excepto por dos restantes que no estaban presentes.

—¿Dónde está Mineta-kun y Ueda-kun?

Preguntó el pelirrubio, extrañado de no ver a su amigo y al pelinegro.

Los demás negaron la cabeza, sin saber donde estaba aquél par.

No sabían que el enano pervertido estaba en la habitación de cierto chico portador de múltiples poderes. El cabeza de uva se encontraba suplicándole de no-sé-qué al ojiturquesa.

—¡POR FAVOR, UEDA! ¡NECESITO QUE ME HAGAS ESTE FAVOR!

Le habla telepáticamente. —“Te he dicho un montonal de veces que no cambiaré tu cuerpo por tu verdadera estatura.”

—¡Sólo será por un día, por favor~!—. Lloraba al estilo anime el enanin, sollozando. —¡Piensalo! ¡Podré tocar y mirar los pechos de Yaoyorozu en un mejor ángulo! ¡Abrazar a las chicas por detrás de la espalda como si fuera un anime Shoujo!

—“Por esas razones no lo haré.”

—¡AL MENOS DÉJAME ESTARLO POR UN MINUTO!

—“Qué sínico me salió.”

La razón por la que Mineta le ha estado jodiendo por dos minutos, era porque un día en el salón 1-A, Tamada estaba enfermo ese día, por accidente estornudó en el enano pervertido, y a causa de eso; mostró otra apariencia. Haciendo sonrojar a las chicas y sorprendiendo a los chicos.

Pero de nuevo estornudó en él, volviéndolo a su verdadera y atrasada apariencia.

Aunque tuviera buena apariencia, seguía siendo el mismo pervertido de siempre.

Por eso Minoru le suplicaba que volviera a tener aquella apariencia que deseaba en el interior, el pelinegro obviamente se negaba rotundamente a hacerlo, sabiendo las intenciones santas del ojinegro.

—“Si te transformo por un minuto, ¿me dejarás en paz?”

—¡Sí! ¡Por supuesto!—. Asintió varias veces el cabeza de uva.

—“Eres muy superficial.”— Fue por su mochila. Con tan sólo un movimiento de mano hacia el ojinegro de un centímetro lo transformó.

—¡Yahoo! ¡SOY GUAPO!

De-quien-sabe-donde sacó un espejo de mano, mirándose con un aura de felicidad.

Todo eso era observado por Tamada, con sus ojos inexpresivos observaba lo vanidoso que era Mineta-kun.

—“Pero qué hipócrita.”

Se disponía a retirarse, no sin antes maldecir al (ahora) pelimorado por chantajearlo de una manera tan infantil, pero haría lo que fuera porque lo dejase en paz. Claro, viendo el futuro lo que pasaría, aunque no le gustase ese poder suyo.

Apenas estaba abriendo la puerta para salir, que escuchó un grito por parte del ojinegro mayor.

—¡MUCHAS GRACIAS, UEDA-KUN~!

Sintió que el mundo se le vino encima, pero en realidad era un chico pervertido, y aunque no admitiera Ueda, guapo. Minoru lo iba abrazar pero no midió su fuerza, que ambos terminaron abajo en el piso, pero el pelimorado lo tenía abrazando por encima de los hombros.

—Ouch, lo siento, Ueda.— Rió nervioso, sin saber en la posición comprometedora que formó él mismo.

—“Eres un...”

Los dos al notar en la posición que estaban en ese momento, ambos se sonrojaron, más el pelimorado.

—U-Ueda... Yo...

Pero no terminó su oración cuando sintió un puño en su mejilla mandándolo a volar hasta estrellarse en la pared de la habitación.

El pelinegro no podía quitar su sonrojo por la anterior cercanía de Minoru, eran tan rápido las acciones del pervertido que jamás pudo predestinar eso.

Sin más Ueda se reincorporó, y con tan sólo pensar en que volviera a la normalidad el pelimorado, se escuchó un *Pof*, junto con un grito chillón que lo molestó.

—¡NOOO! ¡TAN BIEN BUENO QUE ESTABA!

—“Eres un Baka.”

—¡No, espera! ¡Podemos llegar a un acuerdo!

El ojiturquesa no tuvo más remedio que borrarle la memoria. (21)