11 - Escandaloso.

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— Vale, chavales

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— Vale, chavales. Es facil, ya casi lo consigo. - Le hablo Ruben al chat de twitch.
Hace mas de 10 minutos que estaba tratando de pasar un nivel de "Mario Maker".

Entre el chat que lo ponía nervioso, los gritos de su novio Alejandro que venían del salón y el resfriado que llevaba encima, no podía concentrarse cien por cien en el juego.

Al escuchar otro grito de Alexby, se desconcentro y perdió nuevamente.
Suspiro frustrado.

— ¡ESTOY HACIENDO DIRECTO! - grito hacia la puerta.

Un silencio abismal se hizo presente desde el salón.
Sonrió y siguió jugando.

¡ME CAGO EN EL PUTO FIFA, TIO! - grito Alejandro desde el salón.

Rubius respiro fuertemente y se paro de la silla, quitándose los cascos y dejándolos sobre la mesa.

— Ahora vengo.

Salió de su set up y bajo las escaleras hacia el salón.

— Tio, Alex ¿te puedes callar? - le pregunto a su novio.

Alexby lo miró y luego devolvió su mirada a la pantalla.

— Si, lo siento. - Murmuró sin darle mucha importancia.

— Enserio, amor. Estoy en directo y tus gritos se escuchan. - Ruben se cruzo de brazos.

— Que si, coño.

Rubius rodó los ojos, y dio solo un paso, cuando Alejandro volvió a gritar.

— Ya esta, ma has cansado. - Hablo molesto y fue hasta la play.

— ¿Que haces, idiota?

— Me llevo esto. - Tomo un cable de la play. - Y a ti también.

Cargo a Alejandro sobre su hombro como si fuera una bolsa de papas.

— ¡Ruben, suéltame! - grito, pegándole leves golpes en la espalda.

— No te sabes callar, así que vendrás conmigo.

Entro nuevamente a su set up y cerro la puerta con su pie.

— Mirad, chat, os traigo un regalo. - Dejo a Alejandro en el piso y los cables en un mueble.

— Hola. - Saludo Alex al chat.

Ruben se sentó en la silla y tomo a Alex de su cintura, sentándolo sobre su regazo.

— Y te quedas quieto. - Le hablo, mirándolo serio.

Alex rodó los ojos y respondió:

— Si, papá.

Una donación sonó.

"Hoy Rubius duerme en el sofá"

Si claro, mis cojones. - Hablo Ruben.

— Dormirás en el sofá.

— Anda, cállate y hazme caricias en el cabello.

Ahora si, Rubius pudo prestar su atención cien por cien al juego.

𝐂𝐨𝐮𝐧𝐭𝐢𝐧𝐠 𝐬𝐭𝐚𝐫𝐬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora