🔵 Frío 🔵

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11° Una cafetería cualquiera.

Perdió tanto la noción del tiempo como el camino de la conversación con Quinn. Estaba perdido en sus pensamientos, flotando en el aire y sin ninguna meta o destino; solo en su cabeza y en la realidad, totalmente perdido.

La humedad de la ventana se pegaba a su pelaje de ventrexiano—porque NO era un gato, joder—. Su mirada floto, rebotaba en cada gota de lluvia que caía sobre el cristal; como buen adolescente hacia carreras entre las gotitas que se unían unas a otras e iban más rápido, que divertido era eso.

Su mirada voló hasta Quinn, que seguía hablando sola y animadamente. Suspiró, dejando salir algo de humo por su boca; dejo su cabeza descansar en su mano y rasco un poco detrás de su oreja izquierda. No sabía de qué hablaba la contraria, pero se hacía una idea.

–Perdona...¿Cómo dijiste que era?– Río un poco en sus adentros por lo despistado que estaba esos últimos días. Por fuera su sonrisa demostraba un poco de vergüenza.

La morena no demostró enojó, al contrario, se rió un poco ante lo incómodo que se había puesto el ambiente entre ambos al estar ella hablando sola y Avocato sin entender que estaba pasando o de quien estaba ella hablando.

Ante la vista de las demás personas podían llegar a parecer una pareja, aunque solamente eran dos amigos que se querían mucho y lo demostraban dándose mutuo apoyo y cariño. No podrían verse de otra manera.

–Tiene la piel verdecita y su forma de hablar es graciosa.–Mientras hablaba calmada y con un reconfortante y cálida sonrisa, buscaba en su chaqueta su teléfono. Cuando dio con este, entró en la galería y busco una foto específica, la encontró y tendió su celular a su amigo.– Es él, se llama Tribore; va a caerte muy bien, te lo aseguro.

Avocato tomo el celular entre sus manos felinas y entrecerró un poco los ojos al ver la foto. Un tipo con nueve ojos y la lengua un poco fuera, hacía el símbolo de la paz con una mano, estaba con una sonrisa y a su lado Quinn tenía su brazo por los hombros de este; era una especie de selfie a juzgar por el contexto y las poses.

Le devolvió el celular a la morena.

–No es mi tipo.– Fue lo único que atinó a decir.

–Nunca nadie es tu tipo, Avocato.– Río un poco, mientras volvía a poner su aparato en la chaqueta marrón.

El ventrexiano se encogió de hombros, con un gesto de que no le importaba mucho el tema.

–Solo no sé quién podría ser el o la indicado.– Apoyo sus brazos en la mesa y nuevamente miró hacia la ventana, perdiéndose otra vez en el paisaje. Suspiró, esta vez su cara cambio a una de melancolía.– Quinn...no muchos quieren estar con alguien joven que ya tiene hijos, es díficil encontrar personas que soporten eso.– La mencionada se encogió en su silla, tristemente aquella era la realidad.– Probablemente no tenga novio o novia hasta que comience a trabajar en algo...y dudo que alguien en su cúspide quiera tomar la responsabilidad. Todo esto es tan... complicado para mí y Cato.

Y otra vez el silencio llegó, pero no solo a uno, sino a ambos. Sus miradas se desconectaron y volvieron a crecer sus propios pensamientos, perdiéndose en el camino serio de la conversación y adentrándose a un mundo tenso y lleno de oscuridad, el infierno de cada uno: pensar que nadie podría llegar a amarle y el deseo de que esa persona encuentre compañía.

–¿Te parece que pida un pedazo de pastel? Para aliviar el ambiente.– Miró al contrario para una respuesta, tratando de ser reconfortante.

Cuando sus miradas cruzaron otra vez, el morocho sonrió y asintió lentamente. Quinn sabía cómo darle una sonrisa, a pesar de estar un poco perdido, aún.

–Que sean dos...– Miró hacia abajo.– A Cato le gusta el pastel de chocolate...

–De acuerdo.

Y es que simplemente muchas cosas pasan en un solo día, que es imposible no pensar en llegar a casa y estar con aquella persona que irradia calidez en un día tan frío como este. Al menos así pensaba Avocato.

Siempre pensante en que estará haciendo su hijo.




Padre Soltero || Garycato AU [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora