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>>Confianza.

El corazón se me acelera a mil por hora, parece que la adrenalina comienza a invadir todo mi cuerpo. Por unos segundos no puedo moverme. Mis músculos están contraídos y no responden a mis exigencias.

Parpadeo por unos segundos para reaccionar, y observo a mí alrededor con atención, en busca de una vía de escape; cuando lo hago, me muevo lentamente entre los estantes, arrastrándome por el piso.

Con cada uno de mis movimientos, me siento aún más acorralada, necesito una distracción, algo que lo entretenga por unos segundos para salir, pero con cada inclinación de mis extremidades, él me pisa los talones.

Con voz baja, comienzo a decir de palabrotas, para mí misma pero soy interrumpida por una melodía.

¡Un teléfono celular! ¡Esa es mi señal! ¡Mi vía de escape!

Escucho como el joven, responde a la llamada.

—¿Hola?—se dirige hacia la persona de la otra línea.

Aprovecho ese momento para escabullirme de ahí, salgo de la habitación y alcanzo a tocar el interruptor.

Cierro la puerta y escucharlo maldecir, es música para mis oídos.

—¡Demonios la luz!

Camino rápidamente hacia la silla. La secretaría aun no llega, así que no pude evitar reírme de lo que acababa de hacer. Aunque no estoy segura, si es una risa de nervios, o una de burla.

Ha sido tan emocionante y tétrico a la vez.

Mi risa es interrumpida por la secretaría que sale del elevador, con mi vaso de agua.

Aparento esta mareada aventándome aire con mi mano libre, y en la otra sostengo mis bolsa.

—Aquí tiene su agua señorita—me ofrece el vaso.
—Se lo agradezco mucho—bebo un poco, y le regalo una sonrisa.
—¿Mejor?
—Por supuesto, se lo agradezco. Lamento haberle ocasionado un problema, las entrevistas me ponen nerviosa.
—Oh, no se preocupe, entiendo a la perfección—me contesta, devolviéndome la sonrisa.
—¡Martha!—grita alguien a lo lejos.
—¿Señor Efron?—busca quien la llama.
—¡Martha!—grita nuevamente, acercándose.
—¿Qué sucede señor? —pregunta ella algo extrañada.
—¡Alguien entro en la bodega!

Me empieza a dar un ataque de risa, pero me contengo. Permanezco seria mientras él sigue hablando con Martha.

—¡Es verdad Martha!—grita desesperado—. ¡Alguien entro en esa habitación! ¡¿No viste a nadie?!—dirijo mi vista hacia él y veo la lámpara sobre su mano, felicidades por tu torpeza _________.
—No señor, solo que....—duda en continuar—. Me fui por unos minutos. La señorita se sentía mal y fui por un poco de agua para ella—regreso mi mirada hacia el vaso de agua.

Puedo sentir, la mirada de Zachary sobre mí. Eso me pone un tanto nerviosa, así que sigo en mi papel, de estar mareada.

—¿Quién es ella?—pregunta un tanto curioso.
—Viene a lo de la entrevista señor.
—Lo olvide por completo—lo oigo resoplar.

Escucho como se acerca y me preparo para el interrogatorio que se avecina.

—Buenos días—me saluda cordialmente.
—Buenos días—respondo alzando la mirada hacia él, por un instante me quedo helada, perdiendo el sentido de mis pensamientos.

Es todo lo contrario a lo que esperaba. Mi futuro jefe es demasiado joven. Tiene aproximadamente unos veintidós años. El cabello ligeramente corto de las orillas, pero en la parte de la coronilla y de enfrente lo tiene sutilmente largo, peinado hacia arriba. El tono de este es castaño claro, lo que provoca que su piel se aprecie olivácea, excepto en las zonas de la barba; la tiene afeitada, pero lo suficiente visible como para darle forma a su barbilla y labios.

zack efron y __Donde viven las historias. Descúbrelo ahora