El Inicio

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El sol brillaba e iluminaba toda la extensión de los cielos mientras poco a poco parecía ocultarse, haciendo notar el brillante color naranja que se cierne en estos, las nubes flotaban sin rumbo fijo dejando que el viento las guíe.

En la extensión de un bosque, una casa hogareña suficiente para albergar algunas personas en ella se hallaba construida.

Lo resaltante de ella, era que se podía notar como casi toda la extensión de sus ventanas o sus puertas estaban tapadas en ese instante.

El viento movía las hojas en los árboles mientras algún que otro pájaro volaba entre ellos.

CRASH

CRASH

se escuchó un choque de madera en una de las secciones del patio de la casa, dos figuras, una más grande que la otra chocaban madera mientras la figura más pequeña respiraba agitadamente.

Aquélla pequeña figura parecía tener unos once años de edad, poseía cabello rubio que daba la impresión a estar bañado por los rayos del sol, ojos azules tan brillantes como el cielo y piel blanca como la misma nieve, tres marcas en sus mejillas semejantes a los bigotes de un gato o un zorro. Estaba vestido con Haori azul oscuro sostenido por un cinturón blanco, pantalones de color negro y sus pies eran cubiertos por una especie de tela y poseía sandalias, en sus manos sostenía lo que parecía una Boken (Espada de madera).

—Te ves algo cansado, Naruto. —dijo la otra figura con una voz dulce y melodiosa, aunque también se podía notar un tono de burla en sus palabras. —¿Te parece dejarlo así por hoy? Además debo ir pronto a preparar la cena.

Asintiendo mientras trataba de relajar su respiración, el rubio bajó la espada en su mano. —De acuerdo Kaa-chan.

La mujer delante del rubio era Uzumaki Kushina, una hermosa mujer de cabello rojo intenso, su piel blanca y ojos violeta, traía puesto un Kimono de color crema con verde que cubría su figura que haría babear a cualquier hombre.

Con ello, madre e hijo comenzaron a caminar rumbo a la casa notando que no faltaba mucho para que la noche cubriera los cielos.

Al abrir la puerta, el rubio con una sonrisa en su rostro comenzó a correr entre los pasillos de la casa completamente emocionado.

Sus pasos resonaban al hacer contacto con la madera hasta que el sonido de una puerta abriéndose apresuradamente por el rubio quien si miramientos se lanzó al interior de aquélla habitación.

—¡¡Tou-chan!! —gritó sumamente feliz el rubio abrazando a un hombre que estaba sentado escribiendo algunas cosas.

El hombre sonrió mientras correspondía el abrazo del pequeño. —¿Cómo te fue hoy hijo? —cuestionó él.

—Aún sigo practicando, pero no he logrado ganarle a Kaa-chan ni una sola vez. —comentó Naruto haciendo un puchero.

—Algún día lo harás. —dijo Kushina con una leve risa mientras se adentraba en el cuarto. —Y cuando lo hagas te daré mi espada. —le dijo con una sonrisa.

El rostro del rubio se iluminó al escuchar eso de su madre. —¡¡Verás que me haré super fuerte y la tendré!! —exclamó mientras daba unos brincos por la emoción.

—Se que lo harás hijo. —dijo el hombre revolviendo los cabellos rubios de su hijo.

—Minato tiene razón, pero para ello debes alimentarte bien para que crezcas y te hagas fuerte. —dijo Kushina mientras junto a su esposo e hijo salían de la habitación.

Minato, el esposo de Kushina y padre de Naruto, poseía al igual que su hijo cabello rubio teniendo dos mechones que enmarcan su rostro, ojos azules más oscuros que los de su hijo que al verlos parecían transmitir la profundidad del mar y piel bronceada, lo que más resaltaba en su apariencia eran dos cosas cruciales.

Cazador DemoníacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora