Presagio a una Tragedia

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~~Una Hora Después~~

Naruto veía al frente, su padre se encontraba de brazos cruzados con una expresión tranquila.

Ambos eran observados por Kushina, iluminados por la luz de la luna llena en todo su esplendor y magnificencia.

El rubio entonces cerró sus ojos mientras calmaba su respiración y enfocaba sus sentidos.

Podía escuchar como el viento azotaba las hojas de los árboles, como pequeñas gotas de agua caían, podía sentir la respiración de sus padres tan cerca como si estuvieran a su lado.

Lentamente, comenzó a abrir sus ojos, la luna pareció brillar con más potencia a la vez que los orbes del rubio se dejaban ver.

Unos carmesí con su pupila rasgada y las marcas en sus mejillas se volvieron más pronunciadas y negras, sus colmillos se alargaron al igual que sus uñas se volvieron garras como su padre los tenía.

Mientras era observado por sus padres, quienes notaron como gotas de sudor comenzaban a formarse en la frente de Naruto y caían como cataratas por el esfuerzo influido en su cuerpo.

Plub

Cayó de rodillas mientras respiraba agitadamente, sus facciones regresaron a la normalidad y sus ojos azules brillaban en agotamiento.

—Maldición. —gruñó en voz baja mientras soportaba el peso de su cuerpo con sus brazos.

Gotas de su sudor golpeaban la tierra mientras oía pasos acercarse a su posición.

PLAF

—Lenguaje. —dijo Kushina mientras con su dedo golpeó la frente de Naruto haciéndole gemir y frotarse de dolor la parte afectada.

El rubio hizo un puchero mientras continuaba sobando su frente. —Perdón Kaa-chan. —dijo en voz baja. —Pero no he podido avanzar nada en esto, es frustrante.

Naruto siempre había intentado sacar a relucir los, como diría él, poderes que tiene al ser un mitad demonio.

Pero por más que lo intentara, solo era capaz de cambiar sus rasgos por unos segundos antes de ceder por el agotamiento.

Lo peor es que pese a ello, su cuerpo está obligado a consumir al menos sangre.

—No te tienes que preocupar por ello, Naruto. —le dijo Minato mientras palmaba la cabeza de su hijo. —Verás que podrás hacerlo en algún momento. —le sonrió, aunque Kushina supo ver que aquélla sonrisa era forzada.

Antes él había hablado con ella al respecto, deseaba con todo su ser que Naruto no fuese capaz de emplear aquéllas habilidades por una razón, el riesgo.

Minato no sabía si Naruto al usar aquéllas habilidades, su apetito e instintos iban a salirse de control y ser como los demás demonios.

Controlar ese tipo de cosas era algo sumamente difícil si no se tenía la mente clara, a él le costó bastante hacía muchos años poder vivir de la forma en la que lo ha hecho, sin matar humanos para poder comer.

Naruto era un caso que jamás en todos sus años de vida ha visto, un Híbrido humano/demonio es algo tan extraño como casi imposible.

No sabía que le podría pasar a su hijo, por lo que si esto contenía un riesgo latente, Minato prefería abstenerse de forzarlo.

—Será mejor que lo dejemos para otro momento, ¿No? —le dijo Minato con una sonrisa.

Naruto asintió mientras sentía como su padre lo levantaba para cargarlo en sus brazos.

Cazador DemoníacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora