No era la primera vez que ellos dos dormían bajo el mismo techo, era parte del trabajo de aquel Guarda, aunque no era siempre, puesto que la familia lo necesitaba para algunas cosas.
México bajó las escalera junto con una sabana, se tiró inmediatamente al sillón grande quedando dormido.
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—Я пришел (Ya vine).
El mayor abrió lentamente sus ojos para encontrarse con su guarda, que estaba sentado en la esquina del sillón mientras sostenía parte de las piernas de él.
Este empezaba a acariciar y dando masajes en ellos.
—Deja mis pies, no es normal que te despierten de esta manera.
—¿Quién es normal aquí?.
El tricolor sonrió ante aquella respuesta pero su sonrisa se borró cuando poco a poco vió a este completamente sonrojado.
—Que tienes tú, pareces tomate.
—Shit why do you have to wear that. (Mierda, por que tienes que ponerte eso).
—¿Ponerme qué?.— México estaba confundido y empezó a examinarse el mismo.
—This.
El menor removió un poco la sabana y separó las piernas de éste dejando a la vista el short corto color negro.
—Es mi pijama déjame.— México empujó con sus pies sobre la cara del guarda recibiendo una mordida. —Ah! Pendejo.
El menor que quitó sus gafas de esquí dejando ver su sus ojos de diferente color y cicatriz. Sonrió.
—Me gustan tus piernas, lo sabes.
—Ya sé.