Nuevamente estaba en aquel lugar, observando a aquel chico pidiendo limosnas como cada día. Inspiró profundo, manteniendo aquella postura de siempre para acercarse con la comida que llevaba ese día para el otro.
—DaoZhang, viniste de nuevo—sonrió amable al verlo acercarse, saludándolo con su brazo bueno para acomodarse frente a él.
—Así es, vine a escuchar otra de tus historias, realmente me ayuda a pensar en todo lo que me falta hacer para cultivarme—contó sentándose con tranquilidad, extendiendo la comida para el mayor y el té para ambos.
—No sé qué pueden tener de grandiosas esas historias, sólo son eso, a nadie le consta si son verdad o no—mencionó inclinando la cabeza para comer aquello. Ya llevaba unas semanas de haber perdido la vergüenza tras las visitas recurrentes de aquel joven cultivador.
—Pero incluso si no son verdad, tienen una enseñanza que puede servirme...como cuando me contó la forma en que su...bueno, ya sabe—mencionó suave, mirándolo atento en todo momento—Puede ser lo que sea, usted tiene historias muy buenas de cuando era una deidad, ¿no?
—¿Entonces usted si cree que yo haya formado parte del cielo en algún tiempo?
Fue en lo primero en lo que se concentró, tal vez tener una persona que no le tomara por loco le serviría a él para sentirse un poco mejor consigo mismo. Pero si le daba una negativa probablemente no tendría un buen estado de ánimo para seguir con la conversación, aun así no lo echaría, no tenía derecho a hacerlo, llevaba ya un buen tiempo de ser visitado por él y siempre le asaltaban las dudas de si era un juego o el chico realmente le tomaba como algo serio...como si aún fuera una deidad.
—Daozhang no tiene que responder, es una pregunta tonta. Sí, tengo historias muy interesantes de cuando era una deidad...
—¿Por qué podría ser mentira? Las personas no inventan historias así de sí mismos siendo dioses, los adoran demasiado mientras les sirven...de otro modo, ya habría sido expulsado de aquí si "osara burlarse de los de arriba"—mencionó negando tranquilo, poniendo atención a sus palabras—Entonces... ¿Qué me contará hoy?
—"Osar burlarme de los de arriba" no tendría nada de importancia cuando aquí abajo ya no hay nada a que adorar. Los templos han sido profanados, las estatuas... No hay nada que defender.
Había bajado la mirada ligeramente cuando menciono los templos, esos que antes estaban repletos de gloria y ahora sólo quedaban en ruinas.
Apretó con suavidad la taza de té con su mano, igual sus labios se fruncieron. Pero de inmediato volvió a animarse, no quería mostrar una mala cara frente al cultivador que le llevaba comida y le hacía compañía.
—Déjame pensar... ¿Te conté cuando nos topamos con la Flor de la Lluvia Sangrienta y su Alteza Xie Lian en Ban Yue?
—No, no me ha contado sobre eso aún—respondió esbozando una sonrisa suave, abriendo una pequeña bolsa de tela con algunos dulces dentro para amenizar más la charla—¿Se enfrentaron al rey fantasma Hua Cheng?
—No diría que nos enfrentamos a él, su Alteza Real Xie Lian estaba a su lado, sólo que al principio surgió un malentendido y por eso hubo una pequeña disputa que incluía a los dioses auxiliares de los templos de Nang Yan y Xuan Zhen Yun, pero ese fue nuestro único altercado y, además, ese fue el día en el que nos conocimos. ¡Fue realmente entretenido! He-xiong(1) y yo íbamos en nuestros cuerpos femeninos. ¿Ya le conté lo mucho que me costaba convencerlo de tomar esa forma? Aunque él decía que no, yo estaba seguro de que le gustaba—acercó su mano a la bolsa y tomo un par de dulces.
—A qué se refiere con que "yo estaba seguro de que le gustaba"?—consultó atento, mirándole maravillado por la forma en que contaba aquello como si lo hubiese vivido hace un día atrás—Usted de verdad cambiaba su forma, ¿no?
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Let me try again!
RomanceLos días luego de despertar en aquella enorme ciudad no habían sido fáciles. Estaba acostumbrado a tener montañas de méritos y siempre conseguir lo que deseaba, mas ahora estaba solo, sin nadie que diera una sola pieza de cobre por él y el mendigar...